Las contrariedades dentro del aparato estatal fueron desnudadas este miércoles en un informe presentado por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), en el que revelan que el Congreso Nacional erogó 106 millones de lempiras en pagos a asesores, asistentes de diputados y servicios profesionales.
En la ejecución presupuestaria del Congreso entre enero y octubre de 2024 detalla que se pagaron 898 millones de lempiras, entre subvenciones, sueldos a diputados propietarios y suplentes, y viáticos nacionales y extranjeros.
Se destinaron 189 millones de lempiras para el pago de diputados propietarios, en ese mismo lapso. Mientras, que para el pago de parlamentarios suplentes se desembolsaron 60 millones de lempiras.
Sin trabajar gran parte de 2024, los diputados cobraron por concepto de viáticos para movilizarse dentro del país, la cantidad de 113 millones de lempiras y 15 millones de lempiras por viáticos para viajes realizados al extranjero.
Pero lo que más llamó la atención de la veeduría de la ASJ fue el exagerado presupuesto destinado para el pago de asesores y asistentes en el Poder Legislativo.
De alrededor de 118 asesores, empleados de forma permanente y por contrato durante esos nueve meses, un 68% gana entre 31,000 y 60,000 lempiras, erogando 44 millones de lempiras.
Entre tanto, se contrataron a 243 asistentes en el mismo lapso, a quienes les pagaron en total 55 millones de lempiras, mientras que para el pago de servicios profesionales se invirtieron siete millones, de acuerdo con ASJ
El mayo se emplearon más asistentes, ocupando a 293 personas para esos fines en favor de gran parte de los 128 diputados.
Se empleó a un número considerable de profesionales, entre ellos peritos, especialistas, técnicos y asesorías, relacionados con estudios, investigación, análisis y auditorías. Para el pago de estos se invirtieron siete millones de lempiras, unos 765,000 lempiras mensuales.
El gasto en el Congreso es exagerado
Jorge Zelaya, diputado por el Partido Nacional, sobre este particular, expresó: “Un poco sorprendido en cuanto a la cantidad de asesores y asistentes, y el gasto que se está dando, que es exagerado”.
El congresista lamentó que se estén pagando grandes cantidades en subvenciones a sus colegas, cuando hay una muchas instituciones estatales a las que a sus empleados se les adeudan varios meses de salario, principalmente en el área de la salud.
Al consultarle si parlamentarios de su partido gozaban de los beneficios de las subvenciones, Zelaya reconoció: “Sí, claro, algunos gozan. Aquí santo solo Dios; pero insisto, un diputado es electo para legislar, no para andar agarrando subsidios, no para andar repartiendo dinero”.
