La reciente firma del acuerdo migratorio entre Honduras y los Estados Unidos puede tener consecuencias cuyas repercusiones todavía es muy pronto prever.
No obstante, y a primera vista, representantes del sector empresarial analizan que el convenio representa algunos retos para el país, pero también algunas oportunidades.
Una de las cosas en las que coinciden es en la necesidad de mantener las buenas relaciones con los Estados Unidos, teniendo en cuenta de que se trata del socio comercial más importante de Honduras.
Este punto de vista supone que Honduras no tenía muchas opciones sobre la aceptación del acuerdo, por lo que a lo único que podía aspirar era a negociar algunos términos que compensaran los compromisos que se estaban adquiriendo para con el país centroamericano.
Inversiones
Uno de los aspectos positivos que se destacan del acuerdo es que si bien implica la recepción de migrantes de terceros países, esto viene acompañado de un componente de inversión.
“Este acuerdo va a ayudar a Honduras a recibir fondos para apuntalar la economía nacional y generar más puestos de trabajo y asistencia en cuestiones de seguridad”, considera José Martín Chicas, vicepresidente de la Asociación Nacional de Industriales (Andi).
Similar opinión expresó el empresario agropecuario Alberto Bográn, quien asegura que a pesar de la situación económica deprimida en algunos sectores, todavía hay oportunidades de empleo en el país y sugiere que la llegada de extranjeros de origen nicaragüense, cubano o venezolano, pudiera proveer una fuente temporal de mano de obra en tanto estos migrantes completan el trámite para seguir su camino al norte.
No hay condiciones
Por otro lado, los miembros del sector privado si reconocen que Honduras no tiene las condiciones para recibir a los solicitantes de asilo, sobre todo si estos llegan en un gran número.
 Actividades como el corte de café requieren a menudo la contratación de mano de
obra extranjera.
|
Bográn menciona que, por otro lado, Honduras debe prepararse para recibir a más personas en su territorio y que haya trabajo para ellas. “No creo que estemos preparados”, considera.
Otro punto de coincidencia en el análisis de esta situación es la creación de las condiciones para que los hondureños puedan desarrollarse en su tierra y no sientan la necesidad de emigrar.
Este aspecto, opina Bográn, requiere un mejor desempeño económico “que permita generar más empleo” y que las personas obtengan suficientes empleos para vivir “una vida digna”.
Chicas, por su parte, hace hincapié en “mejorar aspectos como la seguridad jurídica y ciudadana para que los hondureños no tengan necesidad de emigrar”.
Las consecuencias que traerá para Honduras la firma del acuerdo migratorio todavía están por verse, pero a primera vista, ofrece oportunidades que hay que saber aprovechar.
