15/04/2024
12:48 AM

'Es impactante, tengo el alma herida”: padre de médicos que fallecieron por covid

Consternación por muertes de Héctor Eduardo y Héctor Edgardo.

LA CEIBA.

Si la pérdida de un hijo duele, la de dos debe ser devastadora.

Héctor Dubón, padre de los médicos gemelos Héctor Eduardo y Héctor Edgardo Dubón que fallecieron con seis días de diferencia a causa del covid-19 en San Juan Pueblo, tiene el dolor a flor de piel al perder a dos de los seres que más amó, uno de los cuales enterró ayer. “Es impactante, tengo el alma herida, pero hay que ser fuerte y seguir luchando”, dijo entre lágrimas.

Eduardo, médico general, fue el primero en perder la batalla el lunes 12 de octubre, mientras que Edgardo, graduado de microbiólogo, pereció el martes 20.

“Uno lucha por formar un ser humano, y hoy la vida me llevó a mis dos hijos. Son cosas del destino, no lo sé, y solo queda ser fuerte. Vamos a sentir un gran vacío”, añadió don Héctor, quien también es un técnico laboratorista.

Sus compañeros de trabajo del centro de salud, junto con familiares y amistades le dieron ayer el último adiós al microbiólogo Héctor Edgardo Dubón.

En la casa donde residían, ubicada en la aldea San Juan Pueblo en La Masica, Atlántida, donde también funciona el laboratorio Dubón, cuelga un crespón negro como señal de luto de todo un pueblo que apreciaba a los gemelos. Ambos se graduaron hace algunos años en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en Tegucigalpa.

Desde marzo pasado prestaban su servicio en el centro de salud de San Juan en la primera línea de combate contra el covid-19 y allí se contagiaron de la enfermedad. Los dos venían de familia relacionada con la salud, ya que el padre es un técnico laboratorista y la madre, Gloria Estefana Fuentes, también laboraba con los ahora occisos en el centro de salud como encargada de la farmacia.

Despedida
El sepelio fue en la comunidad de Agua Caliente, aldea donde nacieron y se criaron. Familiares y amigos se hicieron presentes.
Su tía Marta Dubón, quien reside en la comunidad de Agua Caliente, a pocos kilómetros de San Juan, los recuerda con mucho cariño, ya que fueron unos hermanos ejemplares.

“Ellos nacieron aquí, luego se fueron a vivir a San Juan. Eran unos cipotes con buenos principios porque siempre fueron miembros activos de la iglesia Getsemaní”, recordó.

El sueño de los gemelos era seguirse preparando en la rama de la medicina.

“Edgardo quería trabajar fuerte y seguir adelante en su carrera, además de seguir en las cosas de Dios. Edgardo era bilingüe y tenía el sueño de sacar una especialidad en Estados Unidos”, recordó.