El musical basado en la vida de la cantante británica Susan Boyle se estrenó en Newcastle, Inglaterra, ante un público entregado que viajó desde todas partes del mundo y pudo ver sobre el escenario a la artista escocesa.
Radiante, con un vestido rojo, Boyle interpretó la canción que le lanzó a la fama y que da nombre al musical, I dreamed a dream, ante un público entusiasta que le gritaba “Susan, te queremos” en el teatro Royal de esa ciudad.
“Estuvo sensacional. Valió la pena venir del otro lado del mundo para verla”, dijo Cathy Garraway, una mujer de Sídney, Australia, de 49 años de edad.
La actriz Elaine Smith es la encargada de dar vida en el teatro a Boyle, quien antes de alcanzar fama mundial en 2009, gracias a un concurso de televisión, invertía parte de su tiempo como voluntaria en una iglesia.
Reflejo fiel
La actuación era esperada porque la artista, ferviente católica, no había vuelto a actuar en el Reino Unido desde que cantó para el papa Benedicto XVI en Birmingham, en septiembre de 2010.
El espectáculo cuenta la vida de la escocesa sin obviar algunos de sus momentos más difíciles o dramáticos, desde su infancia en West Lothian hasta su aparición estelar en el citado concurso hace tres años, pasando por todo el furor mediático cosechado por su inesperado estrellato.
En el musical, los actores también escenifican la crisis nerviosa que sufrió Boyle justo después de la final del concurso, fruto de la presión acumulada.