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Sinceros deseos de Año Nuevo

  • 28 diciembre 2009 /

Son muchos los que de verdad quisieran hacer algo positivo e importante para aliviar los padecimientos ajenos; pero a veces es difícil saber por dónde empezar.

En estas fechas entrañables de la Navidad todos suelen sentirse mejores personas y más identificados con los problemas del prójimo. Un estudio interno de conciencia permite una reflexión sincera.

Son muchos los que de verdad quisieran hacer algo positivo e importante para aliviar los padecimientos ajenos; pero a veces es difícil saber por dónde empezar.

Lo primero que aconseja Vilma Morales, miembro activo de Sociedad de Jóvenes Cristianos, es tener voluntad.

En lugar de dudar, actuar
No es necesario disponer de un gran capital para ser activo, basta con dedicar su tiempo, su energía, compasión y sobre todo su amor para hacer más feliz la vida de los demás.

Si puede aportar dinero, pues mucho mejor. Pero tan caritativo es donar unos alimentos, como visitar a una persona que vive sola y mostrarle solidaridad.

También se puede comprar un juguete, leerle un cuento o jugar con un niño de un albergue o casa cuna, esto tiene más significado, porque está donando parte de su tiempo.

Si a pesar de buscar en su entorno usted no encuentra una manera de ayudar a los necesitados, siempre puede recurrir a la mediación de una organización benéfica, religiosa o social que ya tenga establecidos unos canales de ayuda. No hace falta ser un economista para saber que están pasando unos momentos que pueden ser difíciles para muchos y que por eso, hoy que más que nunca se debe ser solidarios con los más necesitados.

Las expectativas personales crecen en Navidad. Es como tener otra oportunidad. Pero, ¿otra oportunidad para qué?… para cualquier cosa… para tener éxito en aquella empresa que fracasó el año anterior, para reunirse con aquellos amigos o familiares que no los ve hace tiempo, para ganarse la lotería, para ser millonario… es una segunda oportunidad para lo que usted quiera, sin olvidar que usted ha sido bendecido con muchas cosas y que puede compartir algo de lo que tiene.

Un autoexamen
Lo más importante que debe usted hacer en Navidad es reflexionar acerca de usted mismo. ¿Cómo se ha comportado con los demás?, ¿ayudó a alguien?, ¿cómo van sus objetivos?, ¿son realmente buenos esos objetivos?, si son buenos, ¿para quién lo son?, ¿lo benefician sólo a usted o también a la sociedad?

Recuerde que sólo conociéndose a usted mismo logrará conocer el mundo que lo rodea y reaccionar de una forma productiva y efectiva ante él.

Entonces, no se preocupe por conseguir regalos, tener mucho dinero para brindar felicidad o ganar la lotería para empezar a disfrutar de la Navidad.

Realice una introspección seria y concentre sus esfuerzos en conocerse a usted mismo.

Hay cosas realmente importantes en la vida, más que lo material. Aproveche este tipo de festividades para crecer personalmente, con usted, su familia y sus amigos.

Y si por alguna razón algo le mortifica, una pelea con un amigo, la falta de un ser querido u otras cosas, busque ayuda a tiempo; recuerde que siempre hay personas de buen corazón que pueden ayudarlo.

Aquí le ofrecemos algunas alternativas para poner en práctica el deseo de ayudar.