Rebel Wilson no tiene ningún problema en identificar con nombres y apellidos a las estrellas que protagonizan las anécdotas que comparte en sus nuevas memorias.
Sacha Baron Cohen no sale nada bien parado en el libro, porque en sus páginas ella le identifica como el famoso hombre que se comportó de forma muy inapropiada cuando trabajaron juntos en 2016. Y tampoco se ha mordido la lengua a la hora de hablar del supuesto odio que le profesaría Adele.
Que tengan mucho en común no significa que las dos mujeres deban ser amigas, como le ha quedado claro a Rebel.
Ambas se convirtieron, lo quisieran o no, en la imagen de los cambios que poco a poco se iban produciendo en las industrias del cine y de la música en lo relativo a los cánones de belleza que se esperaba que cumplieran sus estrellas. Y también recibieron muchas críticas por su aspecto físico.
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Irónicamente, años más tarde volvieron a convertirse de nuevo en el objeto de un intenso debate público, centrado en su pérdida de peso. Y pese a sus experiencias en común, Rebel asegura que Adele no la soporta.
Por lo que ella sabe, a la artista británica no le hacía ninguna gracia que la confundieran con ella, que saltó a la fama dando vida al personaje de Fat Amy - Amy, la gorda- en las películas de ‘Pitch Perfect’.
“Es algo que doy por sentado, porque para ser justa, nunca le he preguntado”, reconoce Rebel en su libro, donde tiene mucho cuidado a la hora de utilizar el término ‘plus size’ que le colgaron en su día para referirse a otras celebridades porque sabe que se ofenderían.
La actriz nunca se atrevió a hablar abiertamente del tema con Adele, pero no pudo evitar darse cuenta de que la cantante la evitaba a toda costa cuando coincidían en alguna alfombra roja o evento. “Es como si pensara que mi gordura se le pudiera pegar si estuviera cerca de mí más de treinta segundos”.