Durante su más reciente concierto en Praga, Nick Jonas, el integrante más joven de los Jonas Brothers, vivió un tenso momento al ser apuntado con un láser en la cabeza. La situación se volvió preocupante cuando, en medio de la presentación, Nick notó que un punto rojo se dirigía hacia su rostro, lo que lo llevó a interrumpir abruptamente su actuación y alertar a su equipo de seguridad.
En varios videos que circulan por Internet, se puede observar cómo Nick reporta el incidente a los guardias, mientras se baja corriendo de escenario, temiendo que se trate de una amenaza seria. Mientras tanto, sus hermanos, Kevin y Joe, permanecieron en el escenario sin comprender del todo la gravedad de lo que estaba ocurriendo.
La rápida intervención del personal de seguridad llevó a una breve suspensión del concierto para garantizar la integridad de los artistas. Durante ese tiempo, lograron identificar al responsable de apuntar con el láser y expulsarlo del recinto, lo que permitió la reanudación del espectáculo minutos después.
Este tipo de incidentes ha encendido las alarmas en la industria musical, sobre todo tras el regreso de los conciertos a gran escala después de la pandemia. A pesar del entusiasmo del público, los artistas se enfrentan a crecientes desafíos en términos de seguridad, como objetos lanzados al escenario y comportamientos inap.
Un caso reciente que pone en evidencia estas preocupaciones fue la cancelación de los conciertos de Taylor Swift en Viena, Austria. Las autoridades locales informaron sobre una posible amenaza terrorista vinculada a ISIS, lo que llevó a tomar la difícil decisión de cancelar las presentaciones en dicho país.
Swift, a través de su cuenta de Instagram, explicó que la cancelación se debió a motivos de seguridad y que prefirió no dar más detalles para evitar incitar a quienes planeaban hacer daño. La cantante expresó su tristeza por la decisión, pero también gratitud hacia las autoridades que lograron detener a tiempo el atentado.
Este tipo de incidentes, tanto el de Nick Jonas en Praga como el de Taylor Swift en Viena, subrayan los desafíos crecientes que enfrentan los artistas en la actualidad, donde la seguridad en los eventos masivos se ha convertido en una prioridad. Las medidas de precaución son ahora más estrictas, y los cantantes deben ser más conscientes de los peligros que pueden surgir.
