El mundo del espectáculo mexicano está de luto tras la muerte de Eduardo Manzano, reconocido comediante y figura emblemática de la televisión, quien falleció este jueves 4 de diciembre a los 87 años. Su partida cierra una etapa fundamental en la historia de la comedia mexicana.
La noticia fue confirmada a través de las redes sociales oficiales del actor, donde su familia compartió un mensaje que rápidamente generó conmoción entre sus seguidores. “Con profundo dolor despedimos a mi papito hermoso y agradecemos a todos los que respetuosamente se han sumado con sus muestras de cariño”, expresaron esta mañana.
En el mismo comunicado, la familia dedicó emotivas palabras para despedir al artista: “Hoy el escenario de la vida ha bajado el telón. Mi padre, un comediante querido por miles y un ser humano admirado por todos los que lo conocieron, ha partido de este mundo”. También destacaron su calidad humana: “Fue un hombre extraordinario, bondadoso, inteligente y con un corazón tan grande como su talento”.
El mensaje continuó recordando el impacto que dejó en múltiples generaciones: “Su legado no solo vive en los escenarios que iluminó, sino en las personas que transformó con una sonrisa. Gracias papito hermoso, por cada enseñanza y por haber hecho de nuestras vidas tu obra maestra. Hoy el mundo te aplaude de pie una vez más. Descansa en paz”.
Su fallecimiento llega después de un periodo de altibajos en su salud. En 2025, Manzano fue hospitalizado debido a complicaciones derivadas de una infección biliar que había desarrollado en 2021. En aquella ocasión, crecieron los rumores sobre un posible agravamiento, los cuales fueron desmentidos por su esposa, Susana Parra.
“No es cierto. ¡Qué chismosos! No se espanten, está bien mi esposo”, declaró entonces Parra, quien explicó que el cuadro recurrente surgía de una bacteria residual. “Ya está bien, nunca ha perdido el apetito, ni la risa”, aseguró, subrayando la fortaleza del actor incluso en momentos difíciles.
¿Quién era Eduardo Manzano?
Nacido en 1937, Eduardo Manzano saltó a la fama en los años sesenta y setenta gracias al dúo humorístico "Los Polivoces", creado junto a Enrique Cuenca. El programa, ampliamente popular en México y Latinoamérica, marcó un antes y un después en la comedia televisiva con personajes inolvidables como Agallón Mafafas, Gordolfo Gelatino, Don Teofilito y el irreverente “Wash and Wear”.
Tras la separación profesional de Cuenca a mediados de los setenta, Manzano demostró su versatilidad en solitario con "El Show de Eduardo II" (1976–1981), consolidándose como un comediante capaz de sostener su propio espacio con éxito.
Además de su trabajo en televisión, Manzano incursionó en el cine. En 1970 participó en la cinta "¡Ahí madre!", junto a Roberto Gómez Bolaños, en una colaboración que reflejaba la afinidad creativa entre ambas figuras de la comedia.
Vida personal
La vida personal del actor también estuvo marcada por episodios difíciles. En 1998, fue herido de bala durante un intento de asalto en un restaurante de la Ciudad de México, donde trató de protegerse y defender a su esposa con una pistola de 9 mm. A pesar de la gravedad del ataque, logró recuperarse y eventualmente volvió al trabajo.
En lo familiar, compartió parte de su vida con Lourdes Martínez, primera voz del trío Los Impala, con quien tuvo tres hijos: Mariela, Ariel y Eduardo. Dos de ellos continuaron su legado humorístico y en ocasiones interpretaron personajes creados por su padre.
Aunque su época dorada se forjó en el siglo XX, Manzano tuvo un exitoso regreso en 2007 con "Una familia de diez", donde interpretó al querido abuelo Arnoldo López Conejo. Su actuación fue clave para acercarlo a nuevas generaciones que no crecieron con "Los Polivoces", pero que adoptaron la serie como parte esencial del entretenimiento familiar.
También participó en "Hazme reír y serás millonario" (2009), donde volvió a escena con personajes clásicos como el comandante Agallón Mafafas, demostrando que su estilo seguía vigente. Su trayectoria, llena de reinvención y constancia, lo convirtió en un referente indiscutible de la comedia mexicana.
Su muerte deja un vacío profundo en la televisión mexicana, pero también un legado que permanecerá como una de las contribuciones más sólidas y entrañables al humor en habla hispana. Eduardo Manzano no solo creó personajes; creó memorias colectivas que perdurarán por generaciones.