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Luna lamenta que padres dejen solos a sus hijos

  • Actualizado: 20 mayo 2010 /

Como padre de un niño de dos años y con otro en camino, Diego Luna no puede parar de pensar en la paternidad.

    Como padre de un niño de dos años y con otro en camino, Diego Luna no puede parar de pensar en la paternidad.

    El actor y realizador mexicano presentó el viernes en el Festival de cine de Cannes su primera película de ficción: “Abel”, un retrato tierno de un niño que se refugia en la mudez tras la desaparición de su padre.

    “En México lo tenemos muy asimilado que los padres se van, se van por necesidad, a trabajar al otro lado, pero también por estupidez... Estos padres se pierden un viaje padrísimo, increíble, estar ahí, tomar decisiones sobre qué come tu hijo, qué ve, a qué juega”, dijo Luna en una entrevista con la AP.

    “En México es bien dura esa cuestión de que los hombres se pierden todo eso, desde cambiar el primer pañal, que es lo que más me gusta hacer”, bromeó el astro de películas como “Y tu mamá también” y “Rudo y cursi”.

    Se arriesga con novatos

    Luna hasta se tuvo que convertir en una figura paterna para el rodaje de “Abel”, pues dos de los protagonistas principales eran niños pequeños sin ninguna experiencia previa en el cine.

    Los hermanos Cristopher y Gerardo Ruiz-Esparza, quienes tenían 10 y 6 años durante el rodaje, fueron seleccionados de entre más de 400 pequeños que se presentaron al castin en Aguascalientes, México, donde transcurre la película.

    “Pusimos un anuncio en la televisión que decía: ‘Ven si quieres hacer una película’. Y decía mi nombre. Llegaron muchísimos niños, más interesadas las mamás en tomarse una foto que los niños a veces de estar ahí”.

    Luna y su equipo se dieron a la tarea de reducir el grupo primero a 15 y luego a tres, con los que hicieron un taller de dos meses.

    “Valió muchísimo la pena, valió mucho el riesgo irse con un chavito que no fuera actor, que fuera su primera experiencia, porque pude ir moldeando el personaje en el camino”, dijo Luna, quien ya había dirigido un documental sobre el boxeador mexicano Julio César Chávez.

    Para que los pequeños actores pudieran comprender mejor a sus personajes, Luna rodó “Abel” en orden cronológico. Los hermanos Ruiz-Esparza, nativos de Aguascalientes, no conocían el guión y Luna se los iba explicando a diario.

    “Lo iban descubriendo día a día y eso les dio una frescura muy importante”, dijo.

    La interpretación es impresionante, sobre todo la de Cristopher, quien da vida a Abel.

    El argumento

    Tras la huida de su padre, el personaje sufre de unos problemas psicológicos considerables y deja de hablar. Lo internan en un hospital y es sólo cuando vuelve a la casa familiar que recupera la voz y comienza a comportarse como el hombre de la casa. Cuando de repente reaparece el padre, surgen una serie de problemas poco comunes.

    Para que la trama de la película no resultara demasiado pesada para los niños, Luna procuró siempre hacer algo divertido con ellos.

    “Mi miedo era que un día (Cristopher) no quisiera ir, que un día me dijera: ‘Prefiero quedarme en casa’”, explicó Luna. “El chiste es que todos los días encontrara alegría, alguna emoción especial por estar ahí en ese set y a diario había que encontrarle un ángulo, un juego”.

    Durante las ocho semanas que duró el rodaje, entre Aguascaliente y la ciudad de México, “los fines de semana siempre había el gran premio... los llevábamos la zoológico, al Museo del Niño, y otras cosas”, relató el director.