P.T. Barnum, creador del espectáculo que a la postre generó el circo: Ringling Bros. and Barnum & Bailey, no fue un mago, pero, a ojos del actor Hugh Jackman, sí lo parecía. Fue una persona, dijo el artista australiano, tocado por algo especial, adelantado a su época, como Steve Jobs o Elon Musk.
Tenía, además, un entusiasmo y una voluntad inquebrantables. Y no temía tomar riesgos, característica que el exintérprete de Wolverine considera indispensable en la actuación.
“Al final de cuentas nuestro trabajo trata de caídas, y enfrentar esas caídas. Si no estás preparado para fracasar y tener que lidiar con ello, no deberías ser actor. Si solo te importa ser perfecto todo el tiempo, no seas actor”, consideró Jackman. Un salto al vacío de Jackman es El Gran Showman, un musical biográfico sobre P.T. Barnum que se estrena este jueves en los cines de Honduras y que el histrión lleva impulsando desde hace siete años. Realizada con una inversión de 84 millones de dólares, la película está nominada a tres Globos de Oro en las categorías de mejor musical, mejor actor y mejor canción original por el tema This Is Me.
El australiano Hugh Jackman da vida a PT Barnum.
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Pero, a la par que aplausos y sonrisas de los espectadores, el nuevo espectáculo recibirá el odio tanto de personas como de críticos que lo encuentran intolerable.