23/04/2024
12:01 AM

La razón por la que la policía acudió a la casa de Britney

El departamento del sheriff del condado de Ventura ha querido tranquilizar a los seguidores de la cantante, asegurando que no hay razones para creer que se encuentre en peligro

Estados Unidos.

Agentes de policía del condado de Ventura, en California, acudieron este miércoles a la mansión de la cantante Britney Spears tras ser alertados por numerosos fans de la intérprete, quienes no dudaron en llamar al número de emergencias para expresar su preocupación por el estado físico y mental de su ídolo.

Según el portal de noticias TMZ, el hecho de que la princesa del pop decidiera esta semana eliminar todo el contenido de su cuenta de Instagram habría sido interpretado por sus seguidores más acérrimos como una señal de peligro, por lo que la oficina del sheriff decidió enviar a varios de sus hombres para evaluar la situación.

Se desconoce si la artista habló directamente con las autoridades, pero en cualquier caso la policía ha negado rotundamente que existan “razones para creer que estuviera en riesgo”.

Sea como fuere, la inquietud en torno al bienestar de la diva no ha dejado de intensificarse en tiempos recientes.

El cierre de su perfil en la plataforma, la séptima vez que lo hace en menos de un año, se produjo solo unas horas después de que Britney Spears publicara un video que la retrataba bailando y en cuya descripción aseguraba que había cambiado legalmente su nombre para darse a conocer ahora como River Red.

La artista ya había hablado sobre la posibilidad de abandonar su famoso nombre en una publicación anterior, un mensaje que denotaba un comportamiento errático y falto de coherencia según algunos.

La salud mental de Britney Spears ha sido tradicionalmente objeto de debate.

En la década de los 2000, la también actriz protagonizó varios encontronazos con los paparazzi, perdiendo los nervios en varias ocasiones y llegando a golpearles con un paraguas.

Al margen de la comprensible tensión derivada del acoso de la prensa, su decisión de raparse la cabeza o sus llamativas actuaciones de aquellos tiempos sobre los escenarios, en las que exhibía lentitud, falta de coordinación y, en general, un estado de aletargamiento, fueron indicativos de unos problemas psicológicos que la llevaron a ingresar en una clínica mental y, posteriormente, a verse sometida a una tutela judicial que entregó el control efectivo sobre sus finanzas y demás asuntos personales a su padre Jamie.

Su progenitor, quien ha sido acusado de explotar económicamente a Britney y de utilizar sus funciones de guardián para su beneficio propio, declaró recientemente que la mencionada tutela, que finalizó oficialmente en noviembre de 2021, fue imprescindible para “salvar la vida” de su hija.

En su opinión, y a juicio también del tribunal que le impuso ese instrumento legal en 2008, la artista estaba incapacitada para gestionar los aspectos más relevantes de su día a día y la crianza de sus dos hijos, Jayden y Preston, cuya tutela corresponde íntegramente al exmarido de la artista, Kevin Federline, desde entonces.

De forma más reciente, Britney Spears fue objeto de diversas informaciones que apuntaban a que había sufrido una crisis nerviosa en un restaurante de Los Ángeles, al que acudió junto a su ahora esposo Sam Asghari.

El bailarín y aspirante a actor no tardó en salir a la palestra para contextualizar lo ocurrido y defender a su famosa esposa, a la que simplemente atribuyó unos niveles de enfado y ansiedad más que comprensibles, habida cuenta del hostigamiento que ambos sufrían por parte de los fotógrafos.

“La gente se excita demasiado cuando ve a mi esposa, todo el mundo quiere grabarla mientras ella hace sus cosas. Pero ya saben cómo funciona: la fama tiene estas consecuencias. Se sintió frustrada y vejada”, argumentaba.