Los fans de Jennifer López y Ben Affleck creen que se les ha acabado el período de luna de miel en base a una serie de videos de la pareja que han visto la luz en los últimos días.
El martes, por ejemplo, los paparazzi les grabaron caminando por Los Ángeles con un semblante muy serio antes de subirse a su auto.
Algo tan sencillo como que el actor le abriera la puerta a su esposa ha sido muy comentado: ¿estaba tratando de comportarse como un caballero o era en realidad una muestra de que estaba enfadado porque dio un portazo más fuerte de lo normal?
El miércoles acudieron a la premiere de la nueva película de la cantante, ‘The Mother’, y su paso por la alfombra causó un gran revuelo por la aparente tensión que se apreciaba en su lenguaje corporal.
Ben Affleck parecía estar más serio de lo normal mientras Jennifer sonreía para las cámaras, y aunque cumplieron con el trámite de rigor de posar mirándose a los ojos y darse un casto beso, no se apreciaba su química habitual.
Hasta su conversación parecía seca y cortante, marcada por gestos de las manos muy vehementes, pero una vez más, las apariencias engañan.
Un lector de labios ha desvelado que en realidad estaban hablando de cómo y dónde debían posar porque no debían haber recibido instrucciones claras por parte de la organización.
Además, los dos estaban pendientes de que a Jennifer no le jugara una mala pasada su pronunciado escote.
”¿Estoy enseñando demasiado?”, le preguntó ella en un momento dando. “Está bien”, la tranquilizó él.
Al final lo que se dijeron fuera del alcance de los micrófonos eran comentarios tan banales como “acércate más a mí” o “ya se ha acabado nuestro turno”.
Algo muy similar ocurrió en la anterior gala de los Grammy, en la que Ben se convirtió muy a su pesar en el centro de atención por su actitud.
Él acabó saliendo a la palestra para explicar que tiene una expresión facial “triste por naturaleza” y que se lo estaba pasando muy bien pese a que no se animara a bailar.
Eso se debe simplemente a que Jennifer es una bailarina excelente y él sabe que no está a su altura, así que prefiere dejar los bailes para la intimidad, cuando no hay cámaras que puedan grabarle haciendo el ridículo.
