Desde 'Senda prohibida' hasta 'La fea más bella', pasando por 'Los ricos también lloran', los televidentes mexicanos y millones más en el último rincón del mundo se han emocionado, reído y llorado presas del género televisivo más visto, la telenovela, que está por cumplir 50 años en México.
Después del rotundo éxito de las radionovelas, la joven televisión mexicana llevó la dramatización a la pantalla chica y lanzó, el 9 de junio de 1958, 'Senda prohibida', primera telenovela de Telesistema Mexicano, ahora la poderosa Televisa.
La cadena televisiva, que en su catálogo cuenta con más de 500 culebrones y tiene presencia en unos 150 países, arrancó este jueves los festejos de los 50 años del género telenovelero, que incluirán la transmisión de 'Amor sin maquillaje', que narrará la historia de la telenovela mexicana.
Transmitidas en vivo y en blanco y negro, las telenovelas cautivaron a la audiencia mexicana y ya con el segundo melodrama, 'Gutierritos', se convirtieron en un género indispensable de la televisión y en el líder de los niveles de audiencia.
Las primeras heroínas, como Nora, de 'Senda Prohibida' -interpretada por Silvia Derbez-, y Teresa, de la telenovela del mismo nombre -de 1959 y protagonizada por Maricruz Olivier-, eran jóvenes ambiciosas, hartas de la pobreza y que con su belleza se hicieron de un hombre rico.
En contraste, 'Gutierritos', el único melodrama con un protagonista masculino, narraba la historia de un tímido oficinista, encarnado magistralmente por Rafael Banquells, también director del drama, que era tiranizado por su ambiciosa y dominante mujer.
A medida que multiplicaba sus telenovelas, Televisa se consolidaba como la 'fábrica de sueños' y la mayor cadena de habla hispana encontró en este género la fórmula de su éxito que la ha llevado a tener ingresos superiores incluso a los de la BBC de Londres.
En la década de los 1960 no había constante en los argumentos telenoveleros y el auditorio conoció la vida de 'Sor Juana Inés de la Cruz', se aterró con las brujas de 'Doña Macabra', disfrutó el clásico 'Cumbres Borrascosas', de la novela de Emily Bronte, y lloró con las historias rosas 'La mentira' y 'Corazón Salvaje'.
Fue en el siguiente decenio cuando el argumento romántico se consolidó con heroínas convertidas en cenicientas del siglo XX: jóvenes humildes, ingenuas, muchas de ellas de provincia que llegan a la ciudad en busca de una mejor vida y descubren que son la hija perdida de una familia millonaria.
Con 'Los ricos también lloran', transmitida en 1979, la telenovela mexicana se convirtió en un producto de exportación que genera ganancias en millones de dólares y que catapulta a actrices, como Verónica Castro, en estrellas internacionales.
Este melodrama, de la cubana Inés Rodena, es por mucho el más visto a nivel mundial y ha sido doblado a múltiples lenguas. Le abrió además la puerta a Castro para protagonizar otros éxitos como 'El derecho de nacer' y 'Rosa Salvaje'.
Thalía, ex cantante del grupo Timbiriche, cobró fama mundial al encarnar a jóvenes ingenuas de las que se enamora el apuesto millonario en culebrones como 'María la del barrio', 'María Merceder' y 'Marimar'.
Ya en 1997, con la venta de telenovelas en el exterior, Televisa recaudaba 100 millones de dólares.
Villanas de telenovela mexicana las hay muchas, pero la mala por excelencia, que terminó por robarse la historia, fue Catalina Creel, encarnada por María Rubio, la cruel madre de 'Cuna de Lobos' que lucía un parche en su ojo izquierdo, siempre a juego con su ropa, y que fingió haber quedado tuerta sólo por atormentar a su hijo.
En los últimos años, ante la carencia de argumentos frescos e innovadores, Televisa ha lanzado su propia versión de probados éxitos de culebrones colombianos, como 'Destilando amor' y 'La fea más bella', inspiradas en 'Café con aroma de mujer' y 'Bety la fea', del periodista Fernando Gaitán.