Las calles de Birmingham se tiñeron de negro, guitarras y flores este miércoles 30 de julio, cuando miles de fanáticos se congregaron para acompañar el cortejo fúnebre de Ozzy Osbourne, el legendario vocalista de Black Sabbath, fallecido el pasado 22 de julio a los 76 años.
Desde temprano, seguidores vestidos con camisetas oscuras, chaquetas de cuero y pancartas de despedida se reunieron en Broad Street, donde el auto fúnebre adornado con flores que formaban la palabra "Ozzy", inició su recorrido hacia el puente y banco conmemorativo de Black Sabbath. Allí, la ciudad que vio nacer al "Príncipe de las Tinieblas" le rindió tributo con música, memoria y emoción.
La banda local Bostin´Brass encabezó la procesión con arreglos al estilo Nueva Orleans, interpretando clásicos de Black Sabbath mientras el féretro avanzaba lentamente entre aplausos y ovaciones. La atmósfera fue más festiva que solemne, como el propio Ozzy había deseado: "No quiero un festival de trapos. Quiero que sea una celebración", escribió en el 2011.
El cortejo hizo una parada simbólica frente al estadio Villa Park, donde Osbourne ofreció su último último concierto apenas tres semanas antes de fallecer, ahí estuvo acompañado por Metallica, Gun N´ Roses y otros íconos del rock.
La familia Osbourne acompañó el recorrido visible conmovida. Sharon, su viuda, no pudo contener las lágrimas.
Tras el cortejo público, se realizó el funeral privado, como el artista lo había solicitado.