A estas alturas de su carrera y de su fama, Lizzo es muy consciente de que, cada vez que publica en sus redes sociales uno de esos vídeos en los que aparece bailando o haciendo twerking, lo más probable es que reciba un aluvión de críticas que tristemente se deben más a su aspecto físico que a sus movimientos frente a la cámara.
Sin embargo, lo que probablemente no se esperaba es que también le pudieran traer 'problemas' durante sus vacaciones.
Este fin de semana la cantante ha denunciado a través de sus redes sociales el trato discriminatorio que ha recibido por parte del dueño de la casa de alquiler donde se estaba alojando junto a varias amigas.
Sus acompañantes y ella, que el pasado jueves pusieron rumbo a un destino desconocido para relajarse bajo el sol, fueron obligadas a abandonar su alojamiento tres días antes de lo que estaba previsto.
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Según ha explicado a través de su cuenta de Instagram, el propietario amenazó con llamar a la policía y utilizó sus publicaciones de Instagram para afirmar que Lizzo y el resto de inquilinas -todas ellas mujeres afrodescendientes- 'podrían hacerle daño'. También ridiculizó el contenido que la artista publica en sus distintos perfiles de las redes sociales.
'Sé que sigues mi cuenta, y solo quiero que sepas que no puedes impedir que esta chica negra siga brillando', le ha asegurado en Instagram junto a una grabación en primer plano de su trasero mientras menea las caderas. 'Gracias por echarnos a la calle porque la nueva casa es mucho mejor', ha concluido.
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