Estados Unidos.
Cuesta imaginar a Emma Watson estudiando e informándose acerca del bondage, el sado o los juegos de roles, pero lo cierto es que la actriz ha desarrollado últimamente una ligera fascinación, como ella misma la define, hacia la cultura kink.
El término 'kink', en el terreno de la sexualidad, se utiliza para definir las prácticas no convencionales y, en opinión de la antigua protagonista de Harry Potter, quienes participan en ellas poseen unas habilidades comunicativas con sus parejas muy superiores a la media.
'Controlan el tema del consentimiento mejor que nadie, porque en realidad no les queda más remedio', ha señalado en una conversación que ha mantenido con la escritora norteamericana Valerie Hudson en la revista Teen Vogue, para explicar de dónde ha surgido su curiosidad .
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Una de las conclusiones a las que ha llegado la intérprete, basándose en su experiencia observando sobre todo a parejas del mismo sexo, es que la clave para construir una relación sana pasa por sentarse con la otra persona y 'llegar a un acuerdo sobre todas las cosas'.
De ahí que considere un modelo a seguir muy positivo la buena predisposición a hablar y negociar los términos de un encuentro sexual de antemano, de la que opina que todos deberíamos aprender.
La lucha por la igualdad de género se ha convertido en una de las prioridades de Emma en su papel de Embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres, haciendo especial énfasis en la importancia de mejorar la educación sexual.
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En 2019, por ejemplo, la joven aprovechó una charla organizada en Londres para recomendar con total naturalidad a todos los presentes que se suscribieran a una página web llamada OMGYes, que incluye entrevistas y tutoriales sobre cómo alcanzar el orgasmo femenino.
'Me gustaría haberla descubierto antes. Echadle un vistazo, de verdad', afirmó entonces sin ningún pudor.
