En medio del intenso calor de San Pedro Sula, una pareja encontró en los raspados no solo una fuente de ingresos, sino también una razón para seguir adelante. Nohelia Lobo, junto a su esposo, decidió emprender hace apenas tres meses, motivados por una situación difícil: ambos estaban desempleados y necesitaban sacar adelante a su familia.
Así nació Raspados André, un pequeño pero prometedor negocio ubicado en el barrio Barandillas, Avenida Junior. Lo que parecía una idea sencilla se convirtió en una oportunidad para reinventarse y conectar con su comunidad.
Los raspados que ofrecen no son los tradicionales. Están hechos con hielo finamente rayado, que adquiere la textura suave de la nieve, por lo que en otras regiones del país también se les conoce como minutas o nieves. Pero lo que realmente los hace especiales es que están preparados con fruta 100% natural, lo que les da un sabor auténtico y refrescante.
Aunque recién están comenzando, los resultados ya son visibles. Las reseñas positivas no se han hecho esperar y cada día más personas se suman a la lista de clientes fieles. Quienes prueban un raspado de fresa, nance, tamarindo, maracuyá, coco, nuez, pistacho o piña, no dudan en volver por otro.
Pero no todo ha sido fácil. Nohelia confiesa que hay días en los que las ventas son pocas y el ánimo decae. Ha pensado en rendirse, en dejarlo todo. Sin embargo, siempre está su esposo a su lado, dándole palabras de aliento y recordándole por qué comenzaron. Y cuando él flaquea, ella se convierte en su fuerza. Esa complicidad y apoyo mutuo han hecho de este emprendimiento no solo un negocio, sino una historia de amor, lucha y resiliencia.
Más allá de las ventas, lo que más valoran es que su familia está unida. Cada esfuerzo, cada cliente, cada sabor vendido es un paso más hacia un futuro mejor, construido con trabajo honesto y mucho corazón.
Si estás en San Pedro Sula, la invitación está abierta. Visita Raspados André, síguelos en sus redes sociales como Raspados André en TikTok, Facebook e Instagram (@RaspadosAndre25), y date la oportunidad de disfrutar un raspado.