18/04/2024
07:28 PM

Sieca proyecta dos años de recesión para la región

La estimación para 2020 es que Centroamérica tenga una caída del PIB de 6.9% y para 2021 se espera que el decrecimiento sea de 1.4%.

SAN PEDRO SULA.

Dos años de recesión económica son los primeros pronósticos publicados por la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca) para los países del istmo.

La Sieca publicó el informe “Estimación del impacto económico del COVID-19 en Centroamérica y República Dominicana”, donde se detalla que después de abril para la región centroamericana se pronostica una caída del producto interno bruto (PIB) del 6.9% para 2020 y que para 2021 el decrecimiento será de 1.4%.

Según el informe, el impacto será a través de seis canales: por el lado del comercio, a través de la disminución de la actividad económica de los principales socios comerciales de la región, la caída en la demanda de servicios de turismo, la interrupción de las cadenas globales de valor, la probable caída de los precios de los principales bienes de exportación, la mayor incertidumbre para los inversionistas y la disminución del flujo de remesas provenientes de los Estados Unidos derivado de una posible recesión.

En materia de remesas se estima que para Guatemala, El Salvador y Honduras las pérdidas serán de 4,821 millones de dólares para 2020 y 5,084 millones de dólares para 2021.

Inflación
1- Para 2020 se estima que la tasa de inflación será de 0.6% en Centroamérica debido al impacto del COVID-19

2- Las proyecciones para 2021 ubican la tasa de inflación en 1.9%, o sea, un 1.3% más elevada que en 2020.
Las pérdidas estimadas para las exportaciones de Centroamérica son de 20% y 5.3% para 2020 y 2021, respectivamente.

En cuanto a las importaciones, las pérdidas serían del 34.8% en 2020 y 4.6% en 2021, que serán efecto del deterioro a nivel mundial y no solo regional, según la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

La Sieca recomienda la formulación de políticas económicas en el corto, mediano y largo plazo que sean de carácter fiscal, monetario y comercial que aseguren la estabilidad de precios y el abastecimiento en mercados clave, como los de medicamentos y alimentos, además que acompañen acciones de apoyo directo para mitigar el efecto de la reducción de ingresos en los hogares y las empresas.