15/04/2024
12:48 AM

Los ultraortodoxos se suben al tren tecnológico de Israel

El go­bierno y muchas de las mayores empresas del sector intentan ce­rrar una brecha entre aquellos que escriben JavaScript y los que leen la Sagrada Escritura.

Tel Aviv, Israel.

En medio de un boom tecnológico en Israel, el go­bierno y muchas de las mayores empresas del sector intentan ce­rrar una brecha entre aquellos que escriben JavaScript y los que leen la Sagrada Escritura.

La industria de defensa israelí y su pequeño mercado interno se han unido para ayudar al país a conver­tirse en un actor importante en el sector tecnológico a nivel mundial.

Eso ha dado lugar a un conjunto de startups, emprendedores y una ola de acuerdos, así como financia­miento de capital accionario y de riesgo, que ha transformado a Tel Aviv en uno de los centros tecnoló­gicos más prometedores.

No obstante, una parte gran­de, y de rápido crecimiento, de la población israelí se ha quedado al margen: los judíos ultraorto­doxos, o jaredíes.“Hasta hace un par de años, los ultraortodoxos no tenían lugar en el país de star­tups”, dice Yitzik Crombie, fun­dador y presidente ejecutivo de iSale Global, una firma jaredí que ayudó a crear hace poco el Foro de Alta Tecnología Jaredí, una orga­nización sin fines de lucro.

El mes pasado, el principal cien­tífico del Ministerio de Economía, Avi Hasson, presentó dos inicia­tivas: 200 horas de asesoría gra­tuita ofrecidas a emprendedores jaredíes y un nuevo programa con financiación estatal para startups ultraortodoxos de hasta 2 millones de shekels (unos US$578.200).

La financiación va a las mismas startups: por cada shekel que ob­tienen de un inversionista no gu­bernamental pueden conseguir 5,6 shekels (alrededor de US$1,61) del gobierno, como una inversión o préstamo que se puede devolver como un porcentaje de ingresos fu­turos. “Más empleados jaredíes en tecnología significa más empleados de tecnología y más innovación”, dijo Hasson en una entrevista.

Auspiciados por el gobierno, los programas que apuntan a los jaredíes ofrecen estudios en cien­cias de la computación, ingeniería y biotecnología desde hace cinco o seis años.

El gobierno ofrece un présta­mo que equivale al total de la ma­trícula para hombres jaredíes que fueron aceptados en programas de estudios académicos científicos. Al graduarse, el préstamo se convier­te en una beca que el destinatario ya no tiene que devolver.

El gobier­no israelí también ofrece subsidios para empleados que contratan nue­vo personal jaredí.

Empresas como el proveedor de servicios de tecnología de la infor­mación Matrix IT Ltd. y la empresa de semiconductores y servicios de desarrollo de software RaChip Ltd. aprovechan las tasas relativamente altas de empleo de mujeres jaredíes —69% de mujeres jaredíes de en­tre 25 y 62 años tenían trabajo en el primer trimestre de 2014— para ofrecer servicios de desarrollo y se­guridad de calidad.

Estas empresas les brindan a las mujeres un ambiente de traba­jo del mismo sexo, una conexión de Internet censurada que bloquea el acceso a sitios web considerados no éticos según la ley rabínica, y una jornada laboral relativamen­te corta —según los estándares de la industria tecnológica— de ocho horas, para ayudarlas con el cui­dado de sus hijos.

Estas compañías ya emplean a miles de mujeres jaredíes que ofre­cen apoyo y servicios de tecnología. Los salarios bajos y los subsidios les permiten competir con servi­cios de tercerización de India, Ru­sia y Europa del Este.

Sin embargo, los hombres ja­redíes han tenido más dificultad para ingresar al sector tecnoló­gico. Una encuesta reciente rea­lizada por la Comisión de oportu­nidades laborales equitativas del Ministerio de Economía muestra que 37% de los empleadores del país no quieren contratar a hom­bres jaredíes.

Durante más de una genera­ción, la población ultraortodoxa de Israel, en especial los hom­bres, permaneció principalmente en casas de estudio, seminarios y sinagogas. Sólo 45% de los hom­bres israelíes jaredíes de 25 a 64 años tenían un trabajo en el pri­mer trimestre de 2014, según el Ministerio de Economía.

Los jaredíes representan alre­dedor de 12,5% de los ocho millo­nes de habitantes de Israel, frente a 9% hace una década, según da­tos del Centro Taub de Estudios de Políticas Púbicas en Israel. Las tasas de pobreza en la comunidad aumentaron desde 44% a 57% en la última década.