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Los desafíos de Volkswagen para mantener el pie en el acelerador

  • 11 diciembre 2014 /

El fabricante alemán se en­camina a vender más de 10 mi­llones de autos y camionetas en 2014.

Wolfsburgo, Alemania.

Cuando han transcurrido siete años del plan de una década de Volkswagen AG para superar a Toyota Motors Corp. y General Motors Co. como el mayor ven­dedor de vehículos del mundo, su presidente ejecutivo, Martin Winterkorn, parece listo para tomar la delantera.

El fabricante alemán se en­camina a vender más de 10 mi­llones de autos y camionetas en 2014, cuatro años antes de lo previsto. Volkswagen sobrepa­só a GM el año pasado y pronto podría dejar atrás a Toyota.

El martes, sin em­bargo, Winterkorn sorprendió a los in­versionistas al anun­ciar su partida como presidente ejecutivo de la marca VW, que se ha visto perjudica­da por una caída de las ventas en la mayoría de sus mercados y un debilitamiento de sus ganancias. El ejecutivo seguirá al frente del grupo Vo­lkswagen. Su sucesor en la divi­sión VW, Herbert Diess, asumirá el cargo en octubre proveniente del rival BMW AG.

Se trata de un revés estratégi­co para Winterkorn, que no había dado ningún indicio de que iba a ceder el volante de la icónica mar­ca. Tradicionalmente, el presi­dente ejecutivo de la automotriz, que incluye marcas de lujo como Porsche, Audi y Bentley, también ha tenido las riendas de VW.

Los inversionistas habían acu­sado a Winterkorn de estar dema­siado absorto en el portafolio de marcas en desmedro de VW, que aporta más de la mitad de los in­gresos del grupo, pero que se ha visto aquejada por los altos cos­tos y un descenso de las ventas en algunos de sus principales merca­dos, como Estados Unidos, Rusia y Brasil. Algunos analistas también han cuestionado la disposición del presidente ejecutivo a poner en marcha reformas radicales en VW y creen que la llegada de Diess puede acelerar los cambios.

El giro tiene lugar en un mo­mento crucial para la automotriz alemana y para el sector. Los fa­bricantes globales se están beneficiando del ascenso de la clase me­dia en los países emer­gentes, que ha produ­cido una generación de personas que compra su primer auto.

No obstante, las automotrices también afrontan un alza de los costos de reducir emi­siones contaminantes, mejorar la economía de combustible y conectar sus vehículos a Inter­net. El desafío para Volkswagen y sus rivales es equilibrar la po­sible apertura de nuevos merca­dos con los costos regulatorios sin dejar de ser rentables.

La respuesta de Winterkorn a este reto fue distribuir los ma­yores costos sobre una crecien­te base de producción. Una serie de acontecimientos, sin embar­go, trastocaron sus planes.

El crecimiento de la empre­sa ha perdido fuerza en Europa ante la debilidad del mercado. Las ventas de la marca VW en EE.UU. habían descendido has­ta hace poco y la empresa tendrá problemas para no arrojar pérdi­das, dijo una fuente cercana. Las ventas en los mercados emer­gentes, en especial Rusia, Brasil e India, han sido castigadas por crisis políticas y la caída de las monedas locales. El crecimiento también se ha desacelerado en China, hasta ahora un baluarte de la compañía, y las ventas de la marca VW bajaron por prime­ra vez en noviembre. La empresa no tiene una gran penetración en otros mercados asiáticos.

El desempeño financiero del grupo Volkswagen es inferior al de rivales que han pasado años mejorando su eficiencia. Toyota, por ejemplo, genera ingresos si­milares pero emplea sólo cerca de la mitad de los trabajadores.

Otro factor que ha afectado el desempeño es el peculiar estatus de Volkswagen como una institu­ción nacional alemana bajo el fé­rreo control de una familia. La cultura de la empresa complica las iniciativas para mejorar la efi­ciencia precisamente donde son más necesarias, en sus gigantes­cas operaciones alemanas.

Pese a todo, el grupo Volkswa­gen sigue siendo rentable. En los primeros nueve meses del año, su ganancia neta aumentó 26,7% a 8.500 millones de euros (unos US$10.500 millones), mientras que la facturación avanzó 1,4% para alcanzar 147.700 millones de euros (US$183.000 millones).

El pobre rendimiento de VW exacerba la dependencia de la automotriz de sus marcas de lujo Audi y Porsche así como de sus grandes márgenes en China, donde la marca VW se ha expan­dido con bríos.

El feroz intento de la em­presa por expandirse, que le ha permitido duplicar sus ingresos, ventas de vehículos y cantidad de fábricas desde 2007, la llevó a nuevos mercados, pero la dejó más expuesta a los vaivenes de la economía. La depreciación de las divisas de los países emer­gentes le ha costado a la mar­ca VW unos 2.000 millones de euros en ganancias antes de im­puestos desde 2012 a la fecha.

“No es solamente el resto del mundo el que nos pone a prueba”, advirtió Winterkorn en una re­unión de ejecutivos en julio, según un memorándum interno y asis­tentes al encuentro. “También te­nemos problemas internos”.

Los costos de fabricar en Ale­mania son tan altos, observó, que producir un nuevo modelo del todoterreno Tiguan “no es económicamente viable en una instalación alemana”. VW ne­gocia producir la nueva versión del Tiguan en México, según dos fuentes cercanas.

Para cumplir la meta de tri­plicar sus márgenes de ganan­cia para 2018, la marca VW está trasladando producción a países de costos más bajos. La nueva Tiguan se fabricaría en Puebla, México, donde se en­cuentra la segunda mayor plan­ta de la compañía después de la de Wolfsburgo.

Winterkorn, no obstante, ha subrayado que la marca VW ne­cesita un afinamiento, no un cam­bio de motor, y descartado des­pidos en Alemania. “La tarea que compartimos es crear la capaci­dad de fabricar en forma renta­ble estos vehículos en Alemania”, les dijo a los ejecutivos en julio. Todos, añadió, tienen que “jalar juntos en una dirección”.