La economía mundial se ha balanceado en los últimos dos años sobre una delgada cuerda colocada sobre un precipicio tan oscuro como incierto. Los economistas han especulado con que el mundo podría vivir un efecto económico en “W”, es decir aquel que luego de una crisis muestra un ligero repunte para volver a tocar fondo.
Si bien la economía no ha caído en una nueva situación de crisis, la incertidumbre e inestabilidad han provocado iguales o peores resultados, los que se ven reflejados en la pérdida de empleos, baja en las exportaciones, devaluación de las monedas y dificultades en los mercados.
A pesar de ese panorama, los economistas coinciden en que el mundo sigue creciendo -con una recuperación más lenta o rápida- según el tren en el que se hayan montado los países.
La expresidenta del Banco Central de Honduras, BCH, y de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros, CNBS, Ana Cristina de Pereira, proyecta que para el período 2011-2012 “la recuperación seguirá su curso” aunque con una salvedad: la región centroamericana crecerá a ritmos diferentes.
Las expectativas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, dicen que el continente crecerá 4.4%, mientras para Centroamérica se proyecta un 3.9%.
Pero en el istmo hay una diferenciación en el crecimiento, según De Pereira, quien afirma que el desempeño económico depende de los aliados comerciales que tenga cada nación (ver gráfico). Los que venden a los mercados emergentes tienen mayor probabilidad de crecimiento, mientras los que no han diversificado sus exportaciones tendrán mayores dificultades.
Así, “Centroamérica divide su crecimiento en tres grupos, el del sur, conformado por Panamá y Costa Rica; el del Triángulo Norte, donde están El Salvador, Guatemala y Honduras, y Nicaragua, que crece a un ritmo menor”, explica la consultora.
Mientras más vínculos comerciales hay con las economías emergentes y pujantes, mayor crecimiento se tendrá (el caso de Costa Rica con China), en tanto a mayor cercanía con las economías en crisis el crecimiento será menor (como Honduras y El Salvador con Estados Unidos y la Unión Europea).
En ese punto, la Cepal exhorta a los países a diversificar sus mercados para aprovechar la expansión y consecuentes necesidades de productos y materias primas.
En general, el Producto Interno Bruto nominal por habitante para 2011 será de 2.4%, acercándose a los 2,800 dólares.
Proyecciones para el país
En términos generales, la exfuncionaria prevé un desempeño aceptable para el país. En el tema de remesas, y tras la caída del 11.7% que representó la crisis estadounidense de 2008, Honduras ha tenido una recuperación constante que permitirá cerrar el presente año en unos 2,750 millones de dólares recibidos, superior a los 2,594 de 2010.
En cuando a la balanza en cuenta corriente, De Pereira destaca que “tiende a mejorar en los períodos de recesión, dado que las importaciones disminuyen más que las exportaciones”, lo que “implicaría una demanda de divisas menor”.
Pero precisamente esa disminución en la demanda externa “tiende a afectar la actividad económica por la caída de los ingresos de los exportadores y de las remesas, y con ello, el consumo y las ventas de las empresas en los distintos sectores”, añadió. De tal forma que el desempleo abierto crecerá al cierre de 2011 hasta un 4.0%, ligeramente arriba del 3.9% del año anterior.
Devaluación será de 3%
Otro punto que destaca la economista es el de la reactivación de la banda cambiaria. A su juicio, “el cambio de régimen cambiario para establecer la banda cambiaria fue una buena medida que servirá para proteger la posición externa y los ingresos de los productores domésticos y exportadores”.
De Pereira pronostica que el tipo de cambio promedio nominal se establizará hacia 2012 -luego que en un inicio se presentaran problemas de especulación y falta de dólares- con una tendencia de devaluación del 3% anual, por lo que el año próximo podría cerrar con el dólar a un valor de 19.63 lempiras.
