Desde la semana pasada, la tarjeta de presentación de Bill Gross dice “gestor de portafolio”, no presidente ejecutivo. Para uno de los inversionistas más influyentes del planeta, ese cambio podría ser decepcionante, pero para Gross es un alivio, e incluso una oportunidad.
El llamado “Rey de los bonos” dejó el 26 de septiembre Pacific Investment Management Co., la firma de inversión en renta fija que cofundó hace 43 años y transformó en un titán con US$2 billones bajo gestión. Su nuevo empleador, Janus Capital Group, curiosamente el nombre del dios romano que representa el inicio y la transición, gestiona apenas US$178.000 millones.
El inversionista, de 70 años, compartió hace unos días con Barron’s (una publicación hermana de The Wall Street Journal) su opinión sobre el entorno de inversión, la economía global y las oportunidades que ve en México. Apartes editados del diálogo.
Gross: La gestión de dinero está en mi sangre. Me gusta levantarme a las 5:30 de la mañana y ganar dinero para mis clientes y competir contra otros administradores de fondos. Es algo que no desaparece. Me obsesiona entregar valor a los inversionistas y ganar desde un punto de vista personal. Retirarme a estas alturas de mi carrera simplemente no va conmigo:
Gross: Administraré un fondo de bonos sin restricciones (el Janus Global Unconstrained Bond, abierto para inversionistas en EE.UU., y una versión offshore para los inversionistas no estadounidenses), el cual tendrá menores plazos de vencimiento y menos riesgos de tasas de interés que los portafolios tradicionales de renta fija. La mayoría de los fondos de bonos de término intermedio tienen como referencia un índice con un vencimiento promedio de entre cinco y siete años. Los fondos sin restricciones no tienen estas referencias. Los inversionistas buscan un retorno de entre 4% y 5% con poco riesgo ligado a las tasas de interés. Aunque la renta fija constituye al menos 80% del portafolio, hay muchas opciones disponibles.
Gross: Es un descanso bien merecido. Las acciones han subido durante los últimos cinco años. En EE.UU., mucho dependerá de si la economía crece 3%, 2% o 1%. Un crecimiento de 3% no es fácil, especialmente cuando el resto del mundo está en cero o menos. Espero una expansión de 2%. La economía estadounidense funciona de forma independiente pero no es una isla. Está conectada a lugares en aprietos como China y Europa.
Gross: Hay varias razones. El mundo sigue estando altamente apalancado. El crecimiento en EE.UU. y otras partes ha sido facilitado en los últimos 30 años por la expansión del crédito (...) Una vez que los capitalistas reconocen que no pueden seguir acumulando apalancamiento al mismo ritmo, el crecimiento se desacelera. Los cambios demográficos también están contribuyendo a una disminución del crecimiento. La generación de la posguerra ya no está en auge, están envejeciendo y se están jubilando.
Gross: La mayoría de la generación de la posguerra necesita servicios de salud, pero no otra casa u otro auto. El envejecimiento de nuestra sociedad está frenando el crecimiento económico. En tercer lugar, la tecnología está en auge y es una maravilla, pero también ha eliminado empleos que no están siendo reemplazados. Apple es una compañía fantástica, pero no contrata tantas personas como la antigua General Motors.
Finalmente, la globalización influye. EE.UU. ha sido líder mundial de la globalización desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Nos hemos beneficiado de la expansión del mercantilismo y porque el dólar ha sido la divisa de reserva. Ahora, la situación se ha vuelto adversa en otros lugares. Cuando hay vientos en contra, se vuela a otra velocidad.
Gross: El bono del gobierno alemán a tres años se negocia a seis puntos básicos negativos (centésimos de un punto porcentual). Si eso no es un viento en contra, no sé qué es. Las tasas de interés son bajas alrededor del mundo. Eso no significa que los retornos no puedan caer o que (los precios de) los bonos no puedan subir cuando la gente se preocupa de que algo anda mal, ya sea una desaceleración en China o la propagación del ébola. Los bonos son una protección contra la inflación y los desastres. Pero mi perspectiva de bajo crecimiento sugiere que los bonos ganarán su cupón.
La Fed ha dicho que la tasa de interés apropiada a largo plazo es de entre 3,75% y 4%. Yo creo que es de 2%. Si la Fed sube la tasa de fondos federales a 4% en los próximos años, habrá un mercado a la baja para todos los activos.
Gross: Las repercusiones políticas serían enormes y a la Fed le preocupa mantener su independencia, especialmente con la proximidad de elecciones (legislativas en EE.UU.) (...) Salvo que se produzca una catástrofe, no habrá otra ronda de QE.
Gross: La mayoría de las oportunidades que se han presentado en semanas recientes están fuera de EE.UU. Hay oportunidades importantes en México, que tiene la mitad del nivel de deuda de EE.UU. y tasas de interés en el rango de 6%. México está ligado a EE.UU. en términos de comercio, así que es un mercado emergente bastante seguro. Esta es una oportunidad de la que intentaré sacar provecho en el fondo sin restricciones. Tanto a Janus como a mí nos gustan los bonos de entre uno y tres años emitidos por empresas como Ally Financial Inc. y HCA Holdings Inc. Las divisas son otra posibilidad. A medida que el euro y el yen caen, hay oportunidades en la relativa fortaleza del dólar.
Gross: Los bonos corporativos con vencimiento de mayor plazo podrían ser problemáticos. Verizon Communications Inc. y Apple han sido los mayores emisores en los últimos 12 meses. Los bonos corporativos con grado de inversión a cinco, 10 y especialmente 30 años son vulnerables, no desde el punto de vista de cesación de pagos, sino debido a la liquidez.