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Las dudas globales cuestionan la fe en las acciones de Estados Unidos

  • 12 octubre 2014 /

El Dow Jones tuvo su peor caída de dos días desde febrero, culmi­nando cuatro jornadas conse­cutivas de fluctuaciones de al menos 100 puntos.

Nueva York, Estados Unidos.

La caída del Promedio Indus­trial Dow Jones y un aumento de la volatilidad no han mermado la confianza de los inversionistas en las acciones estadounidenses.

El optimismo, sin embar­go, será puesto a prueba en las próximas semanas cuando los inversionistas escudriñen los resultados de las empresas y las cifras de la economía en busca de señales como la postración de la economía eu­ropea, la desace­leración de China y la fortaleza del dólar que pueden socavar el crecimiento estadounidense y las ganancias de las empresas.

Las señales que apuntan a un enfriamiento de la econo­mía global han sacudido a los mercados globales y frustrado a las autoridades, cuyo arsenal para reactivar la economía es limitado.
Tales temores, en el marco de precios accionarios que son altos frente a los parámetros históri­cos, impulsaron una semana fre­nética que cerró el viernes.

El Dow Jones, que agrupa a 30 empresas líderes de Estados Unidos, tuvo su peor caída de dos días desde febrero, culmi­nando cuatro jornadas conse­cutivas de fluctuaciones de al menos 100 puntos.

Los índices europeos y asiá­ticos se desplomaron el viernes, mientras que los precios de los bonos del Tesoro de EE.UU. su­bieron y el oro registró su ma­yor avance semanal desde junio. La cotización del petróleo, por ejemplo, acumula una caída de 20% en cuatro meses.

El descenso de las exporta­ciones de Alemania se suma a las dudas sobre una nueva recesión en la zona euro. China ha perdido vigor después de un auge credi­ticio, lo que repercute en otras economías emergentes. Japón se ha contraído en los últimos meses al tiempo que Brasil y Su­dáfrica están en aprietos.

Algunos analistas prevén más caídas pronunciadas de las acciones y grandes oscilaciones durante las próximas semanas, conforme los fondos de cober­tura y otros corredores de corto plazo abandonan sus posiciones perdedoras y los gestores vuel­ven a equilibrar sus portafolios.

Pocos inversionistas, sin embargo, dicen estar dispues­tos a reducir sus posiciones en acciones estadounidenses. Esto pone de relieve las expectativas de que el Dow y el S&P 500 con­tinúen mostrando la resistencia que ha caracterizado el período posterior a la crisis financiera.

“Nadie quiere perder dinero, pero uno tampoco quiere en­trar en pánico y reaccionar de manera exagerada a una venta generalizada de corto plazo y perderse lo que podría ser un muy buen repunte”, dice Rebec­ca Patterson, directora de in­versión de Bessemer Trust, que administra US$97.500 millones.

El Dow acumula un retroce­so de 4,3% desde su máximo de septiembre. Es una caída que duele, pero está lejos de ser ex­cepcional. Por ejemplo, el Dow estuvo 7,2% a la baja durante el lapso más preocupante de este año, en enero y principios de febrero, y cayó 4,5% en julio y agosto, el período más reciente de turbulencias.

Numerosos inversionistas creen que las próximas sema­nas podrían brindar oportu­nidades de comprar empresas enfocadas en EE.UU., una estra­tegia que ha dado frutos en los últimos años.

Hank Smith, director de in­versión de Haverford Trust, que tiene unos US$7.500 millones bajo gestión, ha observado con preocupación el declive de algu­nas acciones, pero dice que es más probable que compre a que venda si el descenso continúa.

“Estamos viendo el golpe doble de un dólar más fuerte y un crecimiento más lento”, señala. “Pero estas son compa­ñías con negocios sólidos y... consideramos a los declives continuos como una oportuni­dad de compra”.

J.P. Morgan Chase & Co., Google Inc., Intel Corp. y John­son & Johnson están entre las compañías que divulgarán sus resultados del tercer trimestre esta semana.

Algunos analistas y corre­dores resaltan los aspectos po­sitivos de la reciente agitación en los mercados. La caída en los precios del petróleo aumen­ta el poder adquisitivo de los consumidores, mientras que el descenso en los rendimientos de los bonos soberanos abarata los costos de financiamiento de las empresas. El rendimien­to de la deuda del Tesoro de EE.UU. a 10 años descendió a 2,305% el viernes.

El Índice del Dólar de WSJ, que sigue el desempeño de la moneda estadounidense frente a una canasta de divisas, cortó la semana pasada una racha de sie­te alzas semanales consecutivas y se encuentra 6,8% por encima de su nivel de un año atrás.
“Cuando miras hacia fines de año, el panorama para la econo­mía estadounidense es bastante bueno”, dice Patterson. “Vamos a tener vientos a favor del dólar, los precios de la gasolina y los costos de endeudamiento”.

Cabe destacar que pocos inversionistas proyectan que el mercado vuelva a navegar inme­diatamente por aguas tranquilas.
Muchos gestores de fondos han estado esperando durante más de un año un repliegue de 10% o más. Eso sería suficiente para ahuyentar a algunos inver­sionistas, pero también podría volver a atraer a algunos que se retiraron del mercado. Ade­más, tranquilizaría a quienes estaban preocupados de que los precios de las acciones habían subido demasiado.

La última vez que el Dow llegó a caer 10% fue hace tres años, en octubre de 2011, cuan­do los inversionistas tenían los mismos temores que ahora: Europa y China. Además, Stan­dard & Poor’s había rebajado la calificación de deuda del go­bierno estadounidense. El S&P 500 y el Dow estuvieron cerca de retroceder 20%.

Muchos inversionistas con­sideran reducir su exposición a Europa y los mercados emer­gentes. El S&P 500 acumula un retorno de 4,3% en 2014, inclu­yendo alzas de precios y divi­dendos, mientras que el índice de Europa de MSCI ha perdido 8,1%, y el índice de mercados emergentes de la misma firma ha subido 0,6%.

“Los datos que vienen de Europa son muy preocupantes y los mercados emergentes están practicamente cayendo a peda­zos” dice Christian Ledoux, di­rector de investigación de renta variable en South Texas Money Management.