04/12/2025
11:38 PM

El arduo camino de AstraZeneca y Pfizer tras la caída de su fusión

La decisión de Pfizer Inc. de desistir de la compra de Astra­Zeneca PLC deja a las dos far­macéuticas con el desafío de renovar su portafolio de medi­camentos y resistir las presiones del mercado por su cuenta.

Nueva York, Estados Unidos.

La empresa estadounidense había cortejado a su rival britá­nico desde noviembre para crear la mayor farmacéutica del mun­do. La última oferta de Pfizer va­loraba una posible adquisición en US$120.000 millones, pero AstraZeneca logró agotar el pla­zo estipulado por las normas de adquisiciones del Reino Unido para alcanzar un acuerdo, hasta el lunes. Bajo esas reglas, Pfizer podría presentar otra propuesta en seis meses.

Ian Read, presidente ejecutivo y titular de la junta de Pfizer, no descartó reanudar las conversa­ciones, pero dijo que se enfocará en “muchas grandes oportuni­dades” de crecimiento dentro de la empresa y que estudiará otros posibles acuerdos.

“Ahora pasa­mos a otros asuntos. No tenemos ninguna idea de si estaremos inte­resados en AstraZeneca en algún punto en el futuro”, dijo en una entrevista.

El presidente de la junta de As­traZeneca, Leif Johansson, reite­ró la confianza de la compañía en sus propias perspectivas de cre­cimiento y especialmente en su cartera de drogas experimenta­les.

“Acogemos favorablemente la oportunidad de continuar fo­mentando el impulso que hemos demostrado como una compañía independiente”, afirmó en una de­claración escrita.

Sus caminos serán más arduos por separado. Ambas empre­sas deberán obtener aprobación para medicamentos en desarro­llo, prometedores pero riesgosos. Además, probablemente tendrán que buscar otras oportunidades de fusiones y adquisiciones.

Se espera que AstraZeneca emprenda rápidamente una eva­luación de medidas estratégicas y de otros tipos para mantener sus acciones en un nivel alto y protegerse de otro pretendiente indeseado.

La farmacéutica británica contrató hace poco a Centerview Partners LLC para que la asesore respecto a potenciales acuerdos, según una fuente al tanto. La fir­ma de inversión se centrará, por ejemplo, en oportunidades para combinar los negocios de Astra­Zeneca con los de un rival con el fin de realzar el valor de la far­macéutica ante los inversionis­tas, dijo la fuente.

AstraZeneca ha indicado que explora opcio­nes para sus antibióticos y medi­camentos neurológicos. Al igual que sus competidores, es proba­ble que quiera hallar socios para sus drogas contra el cáncer, en es­pecial un agente que busca usar el sistema inmunológico.

Read señaló que Pfizer explo­rará acuerdos que fortalezcan sus áreas centrales, incluyendo vacu­nas, cáncer, inflamación, enfer­medades cardíacas y dolor. Agre­gó que la empresa estaba abierta a transacciones de cualquier enver­gadura y que estaba interesada en pactos que mejoren sus dos prin­cipales segmentos: nuevos medi­camentos protegidos por paten­tes y productos más antiguos que están por perder o han perdido su exclusividad.

La compra de Astra­Zeneca habría realzado cada una de sus divisiones.

Pfizer y AstraZeneca podrían perder miles de millones de dó­lares en los próximos años en ventas conforme sus medica­mentos más vendidos, como Ce­lebrex (celecoxib), para el dolor, y Crestor (rosuvastatina de cal­cio), para el colesterol, enfrenten la competencia de drogas gené­ricas más baratas.

Una megafusión ofrecía la oportunidad de reducir miles de millones de dólares en gastos al eliminar redundancias. Pfizer, con sede en Nueva York, tam­bién buscaba generar ahorros al mudar su residencia tributa­ria al Reino Unido para aprove­char la menor tasa impositiva y otros beneficios del país.

Sin embargo, no es fácil lo­grar que acuerdos de tales di­mensiones funcionen. Las gran­des adquisiciones, como la de US$68.000 millones de Wyeth por parte de Pfizer en 2009, han tenido que lidiar con difíciles despidos y cierres de oficinas. Los detractores sostienen que con frecuencia las megafusiones disminuyen el valor accionario.

A medida que se acercaba el plazo para un acuerdo, se escuchó una variedad de opiniones sobre los méritos de una combinación entre Pfizer y AstraZeneca.

Algunos accionistas de la far­macéutica británica criticaron la propuesta de Pfizer por conside­rar que estaba motivada más por factores tributarios y financieros que ventajas empresariales. Ins­taron a AstraZeneca a ponerse firme contra Pfizer.

Otros inver­sionistas, en cambio, pensaron que el precio final era atractivo y presionaron por negociaciones. Por su parte, algunos políticos del Reino Unido expresaron preocu­paciones sobre la posible pérdida de valiosos empleos en ciencias.

Read explicó en la entrevista que Pfizer no podía justificar un precio más alto que su oferta final de 55 libras esterlinas (US$92,58) en efectivo y acciones por cada tí­tulo de AstraZeneca sin la opor­tunidad de ver sus libros. Agregó que Pfizer no estaba interesada en realizar una oferta hostil que lle­varía a un año o más de interrup­ciones o distracciones para am­bas empresas y probablemente destruiría valor en AstraZeneca.

Si Pfizer hubiera considerado la compra de AstraZeneca “como imprescindible, probablemente habría resultado ser hostil, pero no lo vimos de esa forma. Lo vi­mos como una aceleración de nuestra estrategia”, afirmó. Sin AstraZeneca, Pfizer depende­rá, en parte, de la expansión del uso de Prevnar (vacuna antineu­mocócica conjugada).

Los analis­tas estiman que su uso entre adul­tos mayores de 65 años añadirá US$1.000 millones en ventas al producto de mayor facturación de la empresa. Pfizer también está desarrollando una vacuna contra la meningitis.

El laboratorio pla­nea buscar además que se aprue­be un prometedor medicamento contra el cáncer de mama que, según analistas, podría generar US$3.000 millones en ventas, si bien Novartis AG y Eli Lilly & Co. desarrollan terapias que podrían quitarle ventas.

Una alternativa de más largo plazo es dividir la empresa. Sin embargo, cuando Pfizer divul­gó la información financiera de cada una de sus futuras divisio­nes, analistas expresaron su de­cepción de que sus márgenes no fueran mayores. AstraZeneca, por su parte, tendrá que cum­plir con las altas metas que se fijó la gerencia en su esfuerzo por persuadir a los accionistas para mantenerse independiente, dice Dan Mahony, gestor de fondos de salud de Polar Capital.

La empresa proyectó ventas de más de US$45.000 millones para 2023, frente a los US$25.700 mi­llones del año pasado, pese a que aún no ha sufrido el vencimiento de patentes importantes.