“Miren a la izquierda, miren a la derecha: uno de ustedes no estará aquí el próximo año”.
¿Qué permite que un equipo con jugadores B logre éxito de A+? Evidencia científica sugiere que los determinantes clave son la habilidad del líder para inspirar confianza, tomar decisiones competentes y crear una cultura de alto desempeño.
Esto es cierto para todos los equipos, pero si está liderando gente simplemente promedio en términos de competencia, talento o potencial, el liderazgo importa aún más.
Tiene que ser un líder clase A.
> Los líderes eficaces comparten estas características personales:
— Tienen mejor juicio que sus contrapartes, lo que significa que pueden tomar buenas decisiones, aprender de la experiencia y evitar repetir errores.
— Se mantienen tranquilos bajo presión y forman relaciones más estrechas con sus equipos.
— Tienen altos niveles de ambición, quedándose ligeramente insatisfechos con su éxito.
> Además, cuatro tácticas importantes pueden transformar a un equipo de colaboradores promedio en un equipo de alto desempeño:
> Visión: Necesita una estrategia ganadora que represente una misión significativa para el equipo. También debe garantizar que su meta esté claramente definida y que no vacile.
Debería forzar a su gente, pero no desmoralizarla siendo inalcanzable. Y debería incluir un plan de ataque; hitos que permitan que el equipo identifique sus próximos pasos.
> Analítica. Los datos pueden atajar sesgos y tejes y manejes y crear una cultura de justicia y transparencia. También pueden subrayar los motores individuales clave del desempeño del equipo, dividiendo el éxito en factores moleculares que pueden ser fácilmente manipulados.
> Retroalimentación. Estudios meta analíticos han demostrado que la retroalimentación individual y de equipo mejora el desempeño en aproximadamente 25%.
Los equipos menos calificados que reciben muchos comentarios superan en desempeño a los equipos más calificados que no están recibiendo ninguna retroalimentación.
> Moral. Los líderes se adueñan del trabajo de crear participación. Cuando los miembros del equipo comparten valores, motores y móviles comunes, se eleva el desempeño entre ellos.
> En pocas palabras, los buenos líderes pueden convertir jugadores B en un equipo A siguiendo estas estrategias.
Dado que pocos líderes alcanzan esto incluso cuando tienen un equipo con jugadores A, hay muchas esperanzas en aquellos que lo logran.