A partir del 17 de diciembre, el Gobierno e importadores decidieron cerrar las fronteras a las importaciones de cebolla para evitar mayores pérdidas a los productores nacionales.
El cierre será hasta por cuatro meses, tiempo en el que los campesinos podrán distribuir libremente su producto en el mercado nacional. El anuncio se hizo durante la reunión con los miembros de la cadena hortícola, integrada por productores, mayoristas y Gobierno.
Los productores de cebolla del departamento de Ocotepeque se mostraron satisfechos con la medida y aseguraron que este año sus perdidas fueron de 26 millones de lempiras. “Esto se debe a que el mercado se inundó con cebolla importada de baja calidad a un precio más barato que el nuestro, lo que provocó que unos 58 productores perdiéramos nuestros productos e hipotecáramos nuestras tierras”, declaró Hugo López, productor de Ocotepeque.
En ese departamento hay sembradas al menos 700 manzanas de ese cultivo. El saco de cebolla se vende a unos 200 lempiras; sin embargo, la cebolla extranjera se comercia hasta por 80 lempiras, lo que afecta al gremio.
Jorge Galo, presidente de los compradores mayoristas, aseguró que están dispuestos a dar apoyo a los productores, por lo cual se muestran de acuerdo con el cierre de las fronteras.
Sin embargo, descartó que las perdidas de los campesinos hayan sido originadas por las importaciones.
“Lo que está ocurriendo es que ellos están produciendo demasiado sin considerar la demanda, para el caso, hay temporadas en las que se necesitan solo 50,000 sacos de cebolla y ellos están produciendo hasta 200,000”. Los mayoristas solicitaron al Gobierno buscar las formas de exportar el exceso de cebolla para evitar perdidas a los productores. “Este año el productor no tendrá problema con cebolla importada” aseguró. Los campesinos comenzarán la cosecha de cebolla a partir del 15 de enero.