San Pedro Sula, Honduras.
En sus dos décadas de existencia, la Fundación para el Desarrollo Empresarial Rural ( Funder) ha registrado la constitución de 690 cajas rurales, más de 28,000 familias atendidas y L295 millones en capital.
“Es gratificante conocer miles de testimonios de familias que pasaron de vivir en una pobreza extrema a ser socios de empresas que ahora manejan millones y están exportando sus productos”, comentó Miguel Ángel Bonilla, director de Funder.
Los beneficiarios, que son personas asociadas en una cooperativa o caja rural, reciben capacitaciones de Funder para producir con calidad e inocuidad, de manera que administren su negocio.
“Algunas familias pasaron de apenas producir para subsistir, a tener ingresos que les permitió mandar a sus hijos a la universidad, comprar un carro para trabajar o hacer mejoras sustanciales en sus viviendas”, expresó Bonilla.
Funder da un acompañamiento a las asociaciones de productores, hasta que tienen un sistema de producción y comercialización sólido, con una capacidad gerencial.
Una vez que las empresas caminan solas, el seguimiento continúa, recibiendo atención cuando es necesario, por ejemplo, para responder a las exigencias de mercado con el manejo de mayores volúmenes de producción y recursos.
“Una de las cosas que más nos satisface es ver el nivel de cumplimiento de compromisos de la gente del campo, tenemos una recuperación del crédito por encima de los estándares del sistema financiero con una mora que no llega ni al tres por ciento”, expresó Bonilla.
En sus dos décadas de existencia, la Fundación para el Desarrollo Empresarial Rural ( Funder) ha registrado la constitución de 690 cajas rurales, más de 28,000 familias atendidas y L295 millones en capital.
“Es gratificante conocer miles de testimonios de familias que pasaron de vivir en una pobreza extrema a ser socios de empresas que ahora manejan millones y están exportando sus productos”, comentó Miguel Ángel Bonilla, director de Funder.
Los beneficiarios, que son personas asociadas en una cooperativa o caja rural, reciben capacitaciones de Funder para producir con calidad e inocuidad, de manera que administren su negocio.
“Algunas familias pasaron de apenas producir para subsistir, a tener ingresos que les permitió mandar a sus hijos a la universidad, comprar un carro para trabajar o hacer mejoras sustanciales en sus viviendas”, expresó Bonilla.
Funder da un acompañamiento a las asociaciones de productores, hasta que tienen un sistema de producción y comercialización sólido, con una capacidad gerencial.
Una vez que las empresas caminan solas, el seguimiento continúa, recibiendo atención cuando es necesario, por ejemplo, para responder a las exigencias de mercado con el manejo de mayores volúmenes de producción y recursos.
“Una de las cosas que más nos satisface es ver el nivel de cumplimiento de compromisos de la gente del campo, tenemos una recuperación del crédito por encima de los estándares del sistema financiero con una mora que no llega ni al tres por ciento”, expresó Bonilla.
