El gobierno de Porfirio Lobo no ha tenido consideraciones al momento de adquirir deuda, y menos si se trata de fortalecer los programas que impulsa con tanto ahínco, como el Bono 10 Mil.
Por ello, no resulta extraño que al finalizar los cuatro años de gestión de la administración actual se habrá contratado 495 millones de dólares para costear ese programa asistencialista, según reportes de los acreedores financieros internacionales que apoyan el Bono 10 Mil: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Centroamericano de Inversión Extranjera (BCIE) y Banco Mundial (BM).
Según la Secretaría de Finanzas, en 2010 este apoyo económico se entregó a 161,687 personas de todo el país y en 2011 llegó a 239,868. En 2012 se beneficiaron 503,496 hogares con el programa, superando la meta de 450,000 personas trazada para ese año.
Para cumplir con la meta de 600,000 familias beneficiarias durante el actual cuatrienio, el Gobierno estará obligado a contratar 495 millones de dólares en concepto de endeudamiento externo.
Asimismo, la administración Lobo Sosa habrá aportado entre 40 y 50 millones de dólares como contrapartida exigida por los organismos financieros internacionales.
Por acreedores, el BID aportará 230 millones de dólares, el BCIE 150 millones de dólares y el BM 115 millones de dólares.
Una característica de estos recursos es que son préstamos de largo plazo, con tasas de interés preferenciales y en condiciones concesionales.
Por tener períodos de gracia entre 4 y 5.5 años, será el gobierno que asuma en enero del próximo año el que comenzará a pagar estos financiamientos externos.
El mayor aportante
En los cuatro años de gestión, el BID registra tres operaciones para financiar ese programa, lo que lo convierte en el mayor prestamista para el gobierno.
El 29 de junio de 2010 aprobó un préstamo por 55 millones de dólares, el 15 de junio de 2012 autorizó el segundo tramo de financiamiento por 75 millones y el 29 de mayo anterior aprobó 100 millones más.
