San Pedro Sula, Honduras.
En un amplio foro celebrado esta semana, actores de la sociedad disertaron sobre cuál debe ser el próximo modelo que rija la economía de Honduras.
El evento se celebró en un hotel de la ciudad bajo la coordinación de la Asociación Nacional de Industriales, la Fundación Friedrich Naumann, la Embajada de la República Federal de Alemania, la Konrad Adenauer Stiftung, la Cooperación Alemana y GIZ.
Los expositores dialogaron sobre la economía social de mercado y el modelo alemán.
“Este modelo está basado en el bienestar de la sociedad. No es una política económica sino cómo la sociedad tiene un mejor bienestar a partir de un modelo económico donde el centro de desarrollo sea la persona humana y no como el caso del capitalismo donde el centro es la generación de riqueza”, explica Germán Pérez, secretario de la Andi.
El directivo agrega que la idea de la economía social del mercado es que la generación de riqueza beneficie a todos.
“Somos el país más desigual en cuanto a distribución de la riqueza, según el Banco Mundial. En este modelo, el Estado busca una repartición de riqueza más justa”, detalla.
Registro
El foro se dividió en las charlas de Miguel von Hoegen, catedrático de la facultad de Economía de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala; Federico Álvarez, integrante de la junta directiva de la Andi; y Antonio Amorós Flaquer, consultor y experto internacional en sistemas de formación profesional.
“Si el modelo no es factible, hay que buscar algo muy parecido, porque lo que no es factible es seguir con el deterioro social y la profundización de pobreza y de miseria que tiene el país. Hay que buscar otro sistema y este es uno que ofrece una solución”, considera Álvarez sobre la implementación del modelo alemán.
El consultor explica que los ejes de este modelo descansan en el consenso, la democracia, el estado fuerte y la erradicación de la corrupción.
“El mercado sigue siendo el motor económico y el Estado regula como árbitro corrigiendo las deficiencias del mercado. Cuando el mercado no está protegiendo la propiedad privada o cuando se está viendo monopolios, oligopolios o distorsiones en los precios por contrabando, el Estado interviene para que el mercado funcione”, añade.
En un amplio foro celebrado esta semana, actores de la sociedad disertaron sobre cuál debe ser el próximo modelo que rija la economía de Honduras.
El evento se celebró en un hotel de la ciudad bajo la coordinación de la Asociación Nacional de Industriales, la Fundación Friedrich Naumann, la Embajada de la República Federal de Alemania, la Konrad Adenauer Stiftung, la Cooperación Alemana y GIZ.
Los expositores dialogaron sobre la economía social de mercado y el modelo alemán.
“Este modelo está basado en el bienestar de la sociedad. No es una política económica sino cómo la sociedad tiene un mejor bienestar a partir de un modelo económico donde el centro de desarrollo sea la persona humana y no como el caso del capitalismo donde el centro es la generación de riqueza”, explica Germán Pérez, secretario de la Andi.
El directivo agrega que la idea de la economía social del mercado es que la generación de riqueza beneficie a todos.
“Somos el país más desigual en cuanto a distribución de la riqueza, según el Banco Mundial. En este modelo, el Estado busca una repartición de riqueza más justa”, detalla.
Registro
El foro se dividió en las charlas de Miguel von Hoegen, catedrático de la facultad de Economía de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala; Federico Álvarez, integrante de la junta directiva de la Andi; y Antonio Amorós Flaquer, consultor y experto internacional en sistemas de formación profesional.
“Si el modelo no es factible, hay que buscar algo muy parecido, porque lo que no es factible es seguir con el deterioro social y la profundización de pobreza y de miseria que tiene el país. Hay que buscar otro sistema y este es uno que ofrece una solución”, considera Álvarez sobre la implementación del modelo alemán.
El consultor explica que los ejes de este modelo descansan en el consenso, la democracia, el estado fuerte y la erradicación de la corrupción.
“El mercado sigue siendo el motor económico y el Estado regula como árbitro corrigiendo las deficiencias del mercado. Cuando el mercado no está protegiendo la propiedad privada o cuando se está viendo monopolios, oligopolios o distorsiones en los precios por contrabando, el Estado interviene para que el mercado funcione”, añade.
