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Unas 10,000 hectáreas cultivables han sido invadidas en los últimos años

  • 05 mayo 2021 /

Empresas afectadas han ejercitado acciones legales, pero no tienen respuestas, aseguran. Líder del Muca dice que, al parecer, que invasores del Bajo Aguán serían expropietarios.

TEGUCIGALPA.

Las invasiones a propiedades privadas productivas se han intensificado en los últimos tres años sin que haya respuesta de las autoridades, afirma el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) en una carta enviada al fiscal general, Óscar Chinchilla.

El Cohep expone que en los últimos 36 meses grupos de personas organizadas han invadido más de 10,000 hectáreas productivas a nivel nacional y esa cifra crece cada mes. Las zonas de mayor conflicto son el Bajo Aguán, Cortés y Choluteca, donde las tierras son productivas y pertenecen a empresas dedicadas a la palma aceitera, azúcar, minería y energía. Las invasiones y las pérdidas económicas que estas representan han incrementado de manera acelerada, volviéndose el tema cada día más perjudicial para el crecimiento económico y social del país, afirma el sector privado.

Son L2,200 millones en inversiones que están paralizadas y más de 12,000 empleos perdidos, aseguran. De acuerdo con la carta enviada a Óscar Chinchilla, los grupos que han invadido las tierras han ejecutado a guardias de seguridad de las empresas, los cuales no utilizan armas. Las empresas han realizado todas las acciones legales sin poder obtener el desalojo de estas. “La falta de acciones por parte de las autoridades atenta contra los derechos fundamentales de la propiedad privada garantizados en la Constitución de la República en sus artículos 61 y 103”, asevera el Cohep.

Periodistas consultaron a través de la oficina de Relaciones Públicas la opinión del fiscal Chinchilla sobre el tema, pero no se obtuvo respuesta.El conflicto por las tierras en Honduras es de larga data y ha sido supuestamente impulsado por grupos políticos que se han aprovechado de la necesidad de los campesinos, que hasta han perdido la vida. Las instituciones encargadas de la seguridad jurídica como el Instituto de la Propiedad, la Policía Nacional o la Fiscalía se quedan inmóviles ante este conflicto debido a la complejidad del problema, consideran analistas que llaman al Estado a actuar.

Vitalino Álvarez, miembro del Movimiento Unificado Campesino del Aguan (Muca), dijo que al parecer los invasores en el Bajo Aguán son los expropietarios a quienes la empresa dueña ya les pagó sus tierras. “El problema viene de raíz, hubo malos procedimientos en las compras porque hubo intermediarios por parte del Estado para que la gente vendiera y eso ha venido a reflejarse hasta ahora”, consideró Álvarez.