Cesó la lluvia en Nueva York y regresó el mejor Nadal. Seguro. Competitivo. Autoritario, el tenista balear venció al luxemburgués Gilles Müller por 7-6, 6-1 y 6-2, y se clasificó para los cuartos de final del US Open, el último Grand Slam que conquistó el número dos del mundo. En 2010.
En la siguiente ronda, le espera el estadounidense Andy Roddick, que ganó a David Ferrer por 6-3, 6-4, 3-6 y 6-3.
Nadal, superados sus problemas en los pies, progresa. Un día después de iniciar su duelo con Müller, aplazado por la lluvia, el balear jugó a un buen nivel. Suficiente para derrotar a su rival, poderoso con su servicio, con una facilidad inesperada.
El miércoles, Nadal acabó enojado. Por el parcial (0-3) del primer set y, sobre todo, por haber jugado en una cancha poco practicable. Peligrosa para cualquier jugador. 'Sólo piensan en el dinero. Lo primero es que los deportistas nos sintamos seguros', denunció.
Esta vez, mucho más relajado y satisfecho, Nadal matizó sus críticas. Sus reproches: 'Creo que en el torneo se equivocaron, pero todo el mundo se puede equivocar'.
La clave de la remontada estuvo en el primer set. Con 4-1 en contra, el balear afinó su juego y, poco a poco, minó la resistencia de su rival.
El número dos del mundo supo sufrir y ganó la primera manga en el tie-break. Después, el partido fue un monólogo. Y su duración, dos horas y 8 minutos, certificó la gran superioridad del español.
UN RODILLO
En el segundo set, Nadal fue un rodillo. Impotente, Müller intentó conectarse al partido en la tercera manga, en la que se avanzó por 2-0 y el servicio a su favor, pero la respuesta de Nadal fue demoledora: seis juegos consecutivos.
Agresivo e inspirado, el tenista balear acabó el partido con 33 golpes ganadores, y se sintió crecido como hacía tiempo que no se sentía.
Nadal, sufridor en muchas jornadas, ya está en cuartos de final. Ahora deberá afrontar un duro calendario (tres partidos en tres días si la lluvia lo permite).
De todos modos, la mejor noticia es que parece haber recuperado aquello que buscaba desde hacía tantas semanas: las sensaciones perdidas durante el verano.