Decepción en Israel tras conocerse la cancelación del amistoso entre las selecciones argentina e israelí previsto para el sábado en Jerusalén, cuyas entradas se habían agotado veinte minutos después de salir a la venta y habían causado polémica por su distribución.
Medios y analistas israelíes consideraron la cancelación un triunfo para el movimiento BDS (que promueve el Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel hasta que finalice la ocupación) e informaron de que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, llamó al presidente argentino, Mauricio Macri, para tratar la cuestión.
'Netanyahu habló hace poco con el presidente de Argentina sobre el partido. Los dos volverán a hablar de nuevo pronto', informó el respetado analista diplomático del Canal 10 Barak Ravid.
El director de la Asociación de Fútbol de Israel, Ofer Eini, señaló al diario Maariv que 'entiende la presión que ha sufrido la selección argentina', aunque lamentó la situación y dijo que 'informará sobre la respuesta'.
Simpatizantes con la campaña de BDS y pro-palestinos, calificaron la decisión de 'golazo' y mostraron su satisfacción inundando las redes sociales con agradecimientos a Argentina, como lo habían hecho en los días previos con ataques a la selección por su decisión de jugar en Jerusalén.
El partido había despertado una gran expectación en Israel, donde las entradas se agotaron en veinte minutos, lo que dio lugar a que se pidiesen explicaciones sobre la cuestión incluso en sede parlamentaria.
Shelly Yajimovich, diputada de la oposición, cuestionó al Gobierno sobre si la ministra de Cultura y Deportes, Miri Reguev, había condicionado las subvenciones al partido a hacerse una foto dando la mano a Messi en la cancha y el controlador del Estado abrió una investigación sobre el reparto de entradas, informó el digital Times of Israel.
Aunque el estadio tiene capacidad para más de 31.000 personas, solo un tercio de ellas salieron a la venta.
La directora internacional de la Asociación de Fútbol palestina, Susan Shalabi, agradeció a la selección argentina su decisión y dijo a Efe que 'tiene mucho mérito que el equipo argentino haya decidido no prestarse para convertirse en una herramienta política', algo que valoró como 'un buen ejemplo de separación de política y deporte y de como no permitir a los políticos imponer su agenda'.