Sao Paulo, Brasil.
Son las seis de la mañana en Sao Paulo, tráfico terrible, neblina, ruido, amenazas de manifestaciones en contra del Gobierno de Brasil, la resaca de una noche anterior… Es entendible por qué Honduras eligió una sede como Porto Feliz para concentrarse antes de los partidos con Francia, Ecuador y Suiza.
A dos horas de esta ruidosa ciudad está ubicado el municipio de Porto Feliz, que nos hace recordar a sitios como Santa Rosa de Copán por sus pintorescas paredes y calles. Es que aquí apenas habitan unos 48 mil amables y “felices” habitantes.
No sería exagerado decir que en este sitio ya adoptaron a Honduras como su segunda selección en el Mundial. Por ejemplo, la Municipalidad se encarga de que la Bicolor se sienta amada, están pintando avenidas con los colores de Brasil… ¡y los de Honduras!
En el hotel Transamérica, donde habitarán los 23 seleccionados catrachos, lucen la bandera de Brasil, Sao Paulo, Porto Feliz, de esta franquicia y las cinco estrellas. “Estamos emocionados, es la primera Selección que se hospeda con nosotros”, nos dice Rafael, uno de los botones del hospedaje.
Para sorpresa de todos, a las 2.00 pm, la Municipalidad alzó una enorme Bandera de Honduras debajo de uno de los símbolos de este lugar conocido por su pesca, agricultura e industria.
Alrededor del sitio de concentración de Honduras apenas hay una fábrica de madera. Pero si avanzamos cinco kilómetros a la derecha, comenzamos a ver la alegría de estos habitantes que nos juran que van con la H.
En una plaza encontramos a chicos y grandes cambiando las famosas vistas Panini, hablando de Neymar y las posibilidades del “Scratch” de ser campeones.
“Señor reportero, yo tengo las vistas de la Selección de Honduras”, interrumpió Guillermo, un chico que pidió opinar sobre la Bicolor solo para sorprender con esta frase “Vais a ser campeones del mundo”. “Se lo merecen, porque son nuestros hermanos”, añade su papá Fabio, que también está contagiado por el Mundial, las vistas Panini y Honduras.
“Será imposible ir a verlos, pero seguramente estaré en alguno de los juegos en Sao Paulo”, dice mientras nos acercamos a doña Valdine Bernárdez, una morena risueña que vende revistas y diarios en un quiosco. Valdine nos mostró las publicaciones de la revista Gol y el diario Agora que destacan la participación de Honduras en el grupo E del Mundial junto con Francia, Ecuador y Suiza.
“Espero que tengan una gran participación, ahora los queremos mucho”, sonríe. Luego nos sentamos con don Silvio, un supervisor de ventas que, al igual que el comentarista David Faitelson, tampoco cuenta con la vista de Carlo Costly. “Honduras será nuestra segunda selección”, dice mientras cuenta las láminas que le faltan para completar su álbum.
Don Paulo Benedito, que lucía la camisa de Brasil, es un auxiliar de enfermería que nos desea “lo mejor de lo mejor. Honduras en un país que sufre por la delincuencia y se merece una gran felicidad”. Sus hijos Samuel y Daniel están de acuerdo, pero aclaran que “Brasil será el campeón del mundo y Neymar la gran figura”.
Y seguimos nuestro recorrido para probar que aquí Honduras es querida. Otra sorpresa fue ver que en una de las tiendas venden la bandera catracha. ¿Por qué la comercializan?, le pregunto a Eloen, la propietaria del local. “A la gente le ha gustado mucho para tener como decoración, nos ha ido bien, hemos vendido 50 banderas, de hecho, esta que tienes en la mano es la última. El lunes me traen más”, confesó.
Hondureños, bienvenidos a este puerto feliz.
