El 19 de diciembre será por siempre el día más hermoso en la vida de Franklin Morales, poco después de las 10:00 pm levantó su primera copa de campeón de liga con el Honduras Progreso y 12 horas antes había tenido a su primogénita Emely Carolina Morales.
Con esos dos acontecimientos el jugador aceptó: 'estoy tan emocionado que casi no puedo ni hablar, es el mejor día de la vida', dijo con su rostro acompañado por las lágrimas de felicidad.
En la antesala de los juegos de la gran final, el jugador había dicho que temía que su hija naciera el mismo día del juego y tal cual se siguiera un guión de cine, así pasó.
Su esposa Wendy Carolina Ramos presentó los primeros síntomas de preparto la mañana del viernes, ese mismo día el volante ya se mostraba nervioso, 'estuvo hasta las 10:00 pm en la clínica, pero no se daba nada y se regresó a la concentración', contó Nahúm Pérez, gerente del equipo.
A las 5:00 am llegó su primer gran momento esperado. 'Me llamaron y estaba emocionado, en eso le dije al profesor que me diera permiso después del almuerzo y pude al fin chinear a mi niña', dijo.
Al término del juego, el titularísimo jugador del Honduras no podía creer todo lo que pasaba, lloraba como niño y todos lo felicitaban por el doble acontecimiento.