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La final hace 'enemigos' al pequeño Daniel y su madre

  • 19 diciembre 2015 /

Daniel Díaz de ocho años es aficionado del Honduras Progreso, pese a que sus padres son motagüenses.

El Progreso, Honduras.

En la grada del estadio Humberto Micheletti el pequeño Daniel cubre con su mano el escudo con un águila en la camisa de su madre Elena Rosales. Por 90 minutos o quizás más no serán amigos.

Daniel Díaz de ocho años es aficionado del Honduras Progreso, pese a que sus padres son motagüenses. Estas son las cosas bonitas del fútbol.

'Desde siempre he sido Motagua y a mi hijo le gusta la emoción y va apoyando al Honduras, no lo hemos podido convencer, es decisión de él', nos cuenta su madre.

El pequeño Daniel les hizo a sus padres una solicitud. 'Hasta nos dijo que nos fuéramos a la barra del Motagua. Es emotivo, el fútbol no es para pleitos, es para divertirse', cuenta entre risas.

En cualquiera de los caso, doña Elena disfrutará con su hijo. 'Si gana felitarlo y pues si pierde hay que abrazarlo no queda otra, hay que incentivarlo a que siga en el fútbol', finalizó.