La Ceiba, Honduras.
Secundino Javier Martínez, lateral izquierdo de Real Sociedad entró en la historia de la Liga Nacional al anotar un golazo de antología en el partido ante Motagua disputado el domingo anterior que finalizó empatado 1-1.
Se jugaba el minuto 53 cuando “Cundo” Martínez tomó el balón, se perfiló y sacó un bestial zurdazo desde unos 35 metros para vencer la estéril volada del portero argentino Jonathan Rougier, quien no pudo hacer nada para evitarlo.
“Creo que si no lo hubiera metido la gente me hubiera abucheado, el que no arriesga o no le pegue al marco no golea. Creo que intentando varios remates me puede salir otro gol igual, tal vez no al mismo ángulo pero si se puede repetir”, advirtió
El carrilero aceitero mandó una advertencia a los arqueros de la liga. “Quiero anotarle a todos los porteros de Liga Nacional, cada vez que me quede un balón suelto voy a rematar, hay que trabajar fuerte en cada entrenamiento para intentar en los partidos'.
'Los compañeros me felicitaron, me dijeron que ese gol me lo había sacado de la manga de la camisa. Sergio Peña me dijo en la cancha que le pegara al balón porque el portero estaba salido”.
Y añadió. “Creo que ese ha sido el mejor gol de mi carrera, por la cancha, el rival y el momeno que estábamos pasando. Ese gol me gustaría enmarcarlo, lo voy a recordar por toda la vida, muchas personas creían que no lo podía meter, esto me va a motivar cada día, seguiré intentanto para que lleguen otros”.
Burla motagüense
Martínez reveló que algunos futbolistas motaguenses se molestaron porque anotó ese golazo, tomando en cuenta que no esperaban que lo hiciera un defensa, además lo compara con la anotación histórica del carrilero brasileño Roberto Carlos con la camisa de Real Madrid.
“En parte me menospreciaron porque en el fútbol todo jugador puede anotar, el marco siempre está abierto”, enfatizó. “Ese gol lo comparo con el que anotó Robarto Carlos en Real Madrid, en México se anotan muchos goles de esa manera pero aquí en el pais son raros porque muchos jugadores no se atreven a rematar de larga distancia. Marcelo Canales los anotaba de esa manera en el Vida”.
Una vida de sacrificios
Sin embargo su vida no ha sido fácil y siempre estuvo marcada por dificultades con una serie de retos que ha sabido superar uno tras otro hasta llegar a Liga Nacional.
A los 17 años tuvo que sobrevivir, trabajando como pintor de viviendas, yardero y asistente de vidriería, donde ganaba 500 lempiras que le servían para pagar sus estudios secundarios y llevar alimento a casa, que compartió con su madre y hermanos.
“Tenía un amigo que conocí en la iglesia que asisto, me dio la oportunidad de ayudarle en el taller de vidriería, comencé recogiendo tornillos, colocando los materiales y aprendiendo, después me dio uniforme y salario base para trabajar, luego quedé como jefe del taller, explicó.
“De esa manera pude pagar mis estudios de secundaria gracias al trabajo de vidriería, ese trabajo me ayudaba para llevarle algo a mi mamá a la casa. Hacía trabajos de ventanas corredizas, celosías con ámbar dobles o sencillas, puertas de baño corrediza, todo tipo de trabajo con vidrios fijos era mi especialidad”, reiteró.
