Su pasión es el fútbol y su mejor amiga la pelota. Juega para el Marathón categoría Sub-10 y apenas tiene nueve años de edad, pero es el terror de los porteros de la Liga del Fútbol Menor Sampedrano.
Wili Jossep Talavera Banegas es su nombre, le apodan el Mago. Para los defensas del fútbol menor es la peor pesadilla, el Mago, con su gambeta endiablada y su técnica depurada casi siempre termina burlándolos, es muy difícil frenarlo en el mano a mano.
Es un fantasista con mucho espíritu colectivo, su magia le permite salir bien librado de sus duelos. Uno de sus fuertes es su frialdad y su fuerza mental.
Ejecutar los tiros libres o un penal no lo asustan, tiene tanta confianza en sí mismo que cuando le cometen una falta no duda en pedir la pelota y en su mayoría de veces es certero.
Es tan seguro que su clase le ha permitido ya ejecutar con éxito penales a lo Panenka. Wili juega de volante por la izquierda, usa la camiseta número 9, algo poco común en un centrocampista.
“El número 9 no fue mi elección, me lo dieron y lo agarré”, comenta. Formó parte de los clinic del Real Madrid y con su categoría sorprendió mucho a los entrenadores merengues.
 13 goles ha convertido Wili Talavera en la categoría Sub-10, es el máximo anotador.
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Al consultarlo sobre sus sueños, no duda en responder: “Cuando sea grande anhelo jugar en Marathón aquí en Honduras y luego salir al extranjero, si es a México me gustaría ser protagonista en Tigres”.
Es zurdo natural, pareciera tener una bomba en el pie, pues cuenta con un cañón potente y valiéndose de esa virtud es el máximo anotador del Monstruo en esa categoría, con 13 goles.
Jornada a jornada se llena los pulmones y la boca del grito de gol. Y tiene la cualidad que no solo juega fútbol, conoce sus reglas, la táctica de los técnicos y los más grandes protagonistas del fútbol mundial.
Es el gran fan del astro Lionel Messi y un hincha fiel del Barcelona, no se pierde partido de su equipo y de las ligas de Francia, Inglaterra e Italia.
“Soy un admirador de Messi, es el mejor jugador del mundo, me divierte y trato de aprender algunas cosas que puedo de él, como sus diagonales”. Tiene tanta clase que para algunos niños de su edad es muy difícil hacer lo que para el Mago es fácil.
La pelota es como su juguete preferido, su compañera inseparable, al llegar a su casa siempre la tiene entre sus pies haciendo malabares.
Por ratos, en ese hogar se pierde la tranquilidad, el balón rebota entre pared y pared y aparecen los regaños de sus padres Carlos y Belkis, quienes en repetidas veces expresan una frase: “Wili, por favor, ya no más con esa pelota”. Así es el Mago, una de las joyas del presente y futuro verdolaga.
