La fiesta por continuar en primera división no podía faltar. Los seguidores del Vida hicieron de las suyas en el estadio Ceibeño.
Desde el instante en que el árbitro central Óscar Moncada pitó el final y el resultado daba el triunfo 2-1 sobre Marathón, la alegría se apoderó de una hinchada que sufrió más de lo que debía en un torneo en el que descendió Real Juventud.
Algunos ya se habían preparado desde antes, llevaron un ataúd que decía 'Edwin Pavón' para burlarse del entrenador santabarbarense, quien dudó del triunfo conseguido por los 'cocoteros' contra Real España, el domingo anterior.