¿Quién dijo que Roger Federer se iba a desmotivar tras ser padre y romper el récord de títulos de Grand Slams? Pues sume 16 grandes para el imparable tenista suizo y cuidado que pueden venir muchos más.
Con una demostración espectacular, Federer despachó ayer en tres sets a Andy Murray para atrapar su cuarto título del Abierto de Australia y aumentar a 16 su récord histórico de coronas en torneos del Grand Slam.
La derrota de Murray prolonga la agonía los tenistas británicos en las grandes citas, un ayuno de 74 años.
Federer se llevó el título australiano al ganar 6-3, 6-4, 7-6 (11), en un partido en el estadio Rod Laver Arena que, más allá del desempate del tercer set, no tuvo el drama y las emociones que abundaron en su derrota en la final del año pasado ante el entonces número uno Rafael Nadal.
El año pasado, a esta altura, Federer sollozaba cuando Rod Laver le entregó el trofeo de campeón al español Nadal, tras haberse perdido la oportunidad de igualar el récord de catorce torneos grandes de Pete Sampras.
Pero este año fue Murray quien necesitó respirar profundo al disculparse por no ganar un Grand Slam para Gran Bretaña.
“Felicidades, Roger. Sus logros en tenis son sorprendentes y seguir así año con año es casi increíble”, dijo.
“Perdón por no lograr esto para ustedes esta noche”, agregó con la voz entrecortada. “Puedo llorar como Roger, pero es una lástima que no pueda jugar como él”.
Federer, a quien Nadal debió consolar el año pasado, le dio algo de ánimo a Murray: “Eres demasiado bueno como para no ganar un Grand Slam, así que no te preocupes por eso”.
22 finales de Grand Slam ha jugado el tenista suizo. Es apenas el quinto varón que gana cuatro veces el Abierto de Australia.