Barcelona, España
La plantilla del FC Barcelona ha vuelto a citarse en una comida de hermandad, justo en el último trecho que le queda al curso futbolístico, en el que el equipo catalán tiene en sus manos la obtención del título de Liga y es uno de los finalistas de la Copa del Rey, junto al Sevilla.
El conocido restaurante Can Ferran, entre Sant Quirze del Vallès y Rubí, en el cinturón de Barcelona, ha vuelvo a ser el centro de reunión de los azulgrana, como otras tantas veces ya lo fuera con Pep Guardiola como entrenador.
Este campeonato es la tercera vez que la plantilla barcelonista ha hecho un aparte entre semana y se ha desplazado fuera de las instalaciones del club para una reunión de hermandad. Antes fue en Gavà y a principio de curso, Port Aventura, donde el entrenador, Luis Enrique Martínez, convocó a todos los integrantes del vestuario y a sus familias, en una jornada que el parque de atracciones estuvo a disposición de los azulgrana.
Tras dos días de fiesta, después del entrenamiento en la ciudad deportiva, los jugadores del Barcelona se han reunido en este conocido restaurante.
El Barcelona encara como líder los tres últimos partidos de Liga con la firmeza que le han dado las dos últimas goleadas (Deportivo, 0-8; y Sporting, 6-0), después de cuatro jornadas anteriores seguidas en las que el conjunto catalán se dejó once de los doce puntos en disputa.
Tras una cómoda ventaja que ya le podría haber dado el campeonato, los azulgrana viven con la mínima ventaja que le otorga la diferencia de goles con el Atlético de Madrid y un paupérrimo punto con el Real Madrid, al que tuvo a trece puntos en el instante en que el Barça marcó el 1-0 en el clásico, hace cinco jornadas, y que finalmente acabó 1-2.
A pesar de esta estrechez, el Barça depende solo de él y de sus resultados. Si es capaz de ganar estos tres partidos que quedan para concluir el campeonato, será campeón de Liga y reeditará el título obtenido la temporada pasada, mientras que un solo fallo, aunque sea un empate, no sólo podría comprometerle el título, sino también perderlo, si tanto Atlético como Real Madrid mantienen el nivel de acierto de las últimas semanas, donde sólo han sumado triunfos.
Los tres partidos que le quedan al Barcelona, en condiciones normales, no deberían resultar una empresa difícil, pero por el hecho de que el Barcelona ha llegado a deshincharse cuando mejor parecía que iba, y que los tres oponentes no hace mucho ya aparecieron en los peores sueños azulgrana, todo está por escribir.
