15/04/2024
12:48 AM

La historia de Pelé, el más grande de todos los tiempos

  • 07 mayo 2018 /

El brasileño es considerado el mejor futbolista de todos los tiempos.

Río de Janeiro, Brasil.

Su primer apodo fue Dico, su nombre de pila Edson Arantes do Nascimento, a nivel mundial se le conoce como Pelé, pero el fútbol lo reconoce como O Rei.

El hijo de João Ramos do Nascimento y María Celeste Arantes y que ahora tiene 77 años es considerado por los expertos como el mejor futbolista de la historia. Único jugador que ganó tres mundiales y sus 1,282 goles en 1,366 partidos lo avalan.

Aprendió a dominar el balón con los dos pies porque así lo quiso su padre.

Era la esperanza para salir de pobres

“Todavía es duro con el pie izquierdo, pero ya lo estamos domando”, repetía su papá cuando alguien se regaba en elogios con el pequeño de 13 años que limpiaba zapatos y trabajaba en una gasolinera para ayudar en su casa.

Edson Arantes do Nascimento se transformó en Pelé cuando de niño lo ponían a tapar desde un comienzo para que su equipo no comenzara goleando. En ese entonces, el arquero del club en el que jugaba su padre se apodaba Bilé y, simplemente por molestarlo, le empezaron a decir así.

Después todo mutaría en Pelé, una palabra sin significado en portugués que él tomó como propia, a regañadientes, para darle valor, para volverla una de las más populares en Brasil en la década de los 50 y, a la postre, en el mundo entero.

Debutó con el Santos el siete de septiembre de 1956, con 16 años, en un partido contra Corinthians, cuando este apenas era un pequeño equipo de los suburbios de Sao Paulo.

Unos minutos en cancha y Pelé marcó su primer gol y el grito seco de la hinchada hizo entender que había que darle más tiempo en cancha por encima de Emanuel Del Vecchio y Válter Vasconcelos.

Su irrupción en Suecia 1958. El Mundial de Suecia de 1958 descubrió el talento futbolístico de Pelé cuando apenas tenía 17 años: él fue clave junto con Garrincha en la primera victoria brasileña en esta competición.

Brasil marcó 21 goles en seis partidos y demostró una abrumadora superioridad en las rondas finales.
Bajo la dirección técnica de Feola, Brasil acudió a Suecia con una gran cantidad de figuras que probablemente jamás se habían reunido sobre un terreno de juego.

El equipo que ganó el Mundial de México en 1970 era muy bueno, pero el de 1958 era todavía mejor.
Feola contaba con Didí, el centrocampista del Botafogo que tenía un prodigioso toque de balón. Bernabéu lo fichó, pero fracasó en el equipo blanco. En los laterales estaban Djalma y Nilson Santos.

Y en la delantera figuraban Altafini, Vavá, Zagalo y Dida, cuatro portentos que hacían del fútbol una samba.
Pero además viajaron dos suplentes que se iban a convertir en las dos grandes estrellas del Mundial: Pelé y Garrincha.

Pelé era un futbolista genial, capaz de inventar las jugadas más inverosímiles. Garrincha tenía 24 años cuando disputó este Mundial.

Era semianalfabeto y escaso de inteligencia, pero tenía un regate y un cambio de ritmo prodigioso.
Con las piernas torcidas y una más corta que la otra hacía verdaderas maravillas con el balón.

Se dice que cuando acabó la final contra Suecia preguntó que cuál iba a ser el siguiente rival. Garrincha y Pelé metieron dos goles cada uno en esa final en la que Brasil derrotó a los anfitriones por 5-2.

La lesión de Chile-62

Pelé venía de ser la gran estrella del Mundial de Suecia 1958, pero después de anotar en el primer partido de la fase de grupos contra México todo se torció para el ‘10’ del Santos en el segundo encuentro, cuando fue cazado por un jugador checo.

Brasil quedó huérfana del que debía ser su líder con cuatro partidos por delante hasta conquistar el título.
Pero pese a las adversidades la canarinha revalidó el título (la última vez que se ha conseguido) gracias a que dos de sus jugadores ocuparon el hueco que había dejado la ausencia de Pelé.

Uno de ellos, Garrincha, no fue una sorpresa, ya que para entonces era considerado el mejor regateador del planeta. El otro, Amarildo, supuso la gran revolución de ese mundial.

México-70, su consagración

Fue el primer Mundial transmitido a color por televisión y tuvo a Brasil como el exponente de la selección más espectacular jamás vista hasta entonces y la consagración de Pelé como el mejor mundialista de todos los tiempos.

O Rei era el gol en estado puro. Un genio avanzado a su tiempo. Con un físico impresionante era imparable en carrera, un prodigio técnico y una inteligencia táctica muy superior al del resto.

De la mano de Zagallo, quien sustituyó a Joao Saldanha, quien llegó a decir que Pelé sufría miopía y una lesión de cadera y eso le costó la destitución.Brasil protagonizó en México un recorrido grandioso y vistoso.

El técnico reunió a los cinco mejores diez del país y les avisó que les haría jugar a todos juntos. Mezcló el talento de Rivelino, Gerson, Tostao y Jairzinho con la magia de Pelé, a punto de cumplir los 30 y en el cénit de su carrera, en punta. Y la fórmula fue de impacto. La selección brasileña ganó todos los partidos convirtiendo alguno de ellos en auténticas obras de arte y de videoteca.

Brasil y Pelé enamoraron al público por sus goles y la mejor Brasil de todos los tiempos no falló.

En la final no hubo ni una pizca de compasión. La fantasía canarinha frente a la eficacia italiana. Y venció el espectáculo 4-1.

Pelé anotó el primer gol de cabeza. Burgnich, su marcador, no pudo explicarlo mejor: “Saltamos juntos pero cuando yo estaba en la tierra él seguía en el aire (...) Yo había pensado para darme ánimo: Pelé es de carne y hueso, como yo, pero estaba equivocado”.

El mito brasileño también fue crucial en dos tantos más. Puso dos balones perfectos a Gerson y Jairzinho . También tuvo su cuota en el cuarto de Carlos Alberto. Aquel Mundial de 1970 encumbró eternamente a Pelé.