REDACCIÓN. Conducir requiere concentración y una adecuada percepción del entorno. La música a volumen alto puede dificultar la identificación de sonidos clave, como sirenas o bocinas, esenciales para evitar accidentes.
Investigaciones señalan que los niveles altos de sonido afectan el tiempo de reacción del conductor. Esto incrementa el riesgo de colisiones, especialmente en situaciones de tráfico intenso o imprevistos.
LEA AQUÍ: Pasos básicos para cambiar de carril sin afectar a otros conductores
Además, la elección del tipo de música también influye. Géneros rápidos o con ritmos intensos pueden inducir conductas más agresivas, mientras que melodías relajantes tienden a favorecer una conducción más segura.
Los expertos recomiendan mantener un volumen moderado y evitar distracciones al volante. Aunque la música puede hacer el trayecto más agradable, no debe comprometer la seguridad.
Con medidas simples, como ajustar el volumen y elegir canciones adecuadas, es posible disfrutar de la música de una forma relajada o hasta efusiva, si así lo requiere el conductor.