Hola, Dra. Corazón. Te cuento que desde hace unos días sospecho que mi mujer me engaña con mi compadre. Pienso esto porque desde que él se quedó desempleado ha tenido que ir por su hijo en lo que su mujer trabaja y pasa cada vez más tiempo con la mía.
A veces ponen como excusa que necesitan ver lo de la junta de los niños (su hijo y el mío son compañeritos de salón) o que van a ver dónde pueden comprar los materiales para los trabajos que les dejan. Yo no veo nada de esto porque la que me cuenta es mi mamá, la cual siempre está en la casa.
Entiendo que hay posibilidades de que todo se esté malinterpretando y lo único que logre es tener un disgusto con mi esposa. ¿Qué me recomiendas, Tía? No quiero hacer sentir mal a mi mujer, pero tampoco quiero que me sean infiel.
Antononio
Respuesta
Querido Tomás, tenemos la idea de que las madres son algo así como inmaculadas, pero ¿te has detenido a pensar que al estar sin quehacer tu mamá puede estar construyendo telenovelas en su cabeza y te las cuenta?
Por otra parte, revisa que tu madre pertenece a una generación que aprendió que si había un marido, las mujeres, ni por equivocación o con el pensamiento, podían tener amigos varones pues tenían que ser “objeto y sujeto de su marido”.
A mí me suena más a que tu mamá siente envidia de tu mujer porque ella no pudo tener algún amigo varón, ¿o tú le conociste alguno?, y también puede sentir que es su obligación “echarte a andar” para que defiendas tu territorio cuando no es su asunto.
Ella es tu mamá no la celadora de la relación entre tu mujer y tú. Entonces, en vez de asumir que “llevas los cuernos por todos lados”, ¿qué pasaría si hablas con tu mujer y le preguntas cómo se siente al ver a un señor que hace las labores tradicionales de una mujer y si le gustaría que tú hicieras lo mismo?
Así sabrías qué piensa ella de toda la situación del compadre. Y ni le menciones la maledicencia de tu mamá porque si no hay entre ellas una buena relación, si le dices esto las broncas se agudizarán.
Maneja el asunto como un adulto en la confianza de que eres un buen esposo, ¿o no lo eres? Estoy segura de que sigues siendo romántico y detallista con tu mujer, que todavía la besas en la boca y le dices que la amas, que le regalas flores o chocolates, que le dices algún piropo, que le agradeces por ser tu compañera de vida y que todavía tienen relaciones íntimas para darle gusto al cuerpo y a la vida.