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Un paseo por los jardines la Torre Book en Florida

  • 20 agosto 2015 /

Si la torre quita el aliento, los jardines asaltan al visitante con una invitación a la meditación o al romanticismo.

Lake Wales, Florida.

“Haz tu mundo un poco mejor o más hermoso por haber vivido en él”, era la frase que su abuela repetía a Edward W. Bok. Inmigrante holandés que llegó a los seis años a Estados Unidos, Bok atesoró cada una de esas palabras.

Entre su legado, además de decenas de libros editados, una autobiografía ganadora del Pulitzer y obra humanitaria, está un edificio que podría confundirse con el hogar de la princesa de un cuento.

El complejo se llama Jardines de la Torre Bok, pero su joya es la Torre Cantora (Singing Tower), diseñada por el arquitecto Milton B. Medary y adornada por el escultor Lee Lawrie entre 1927 y 1929.

Foto: La Prensa

Llamada por algunos el “Taj Mahal estadounidense”, se alcanza a ver apenas se entra a un extenso campo de naranjas, al norte del condado Lake Wales, entre Orlando y Tampa.

Mezcla de estilos Art Déco y neogótico, mide 62 metros de altura. Está construida con coquina, piedra originaria de Florida, así como con mármol gris y mármol rosado.

Foto: La Prensa



Una puerta dorada con inscripciones del Génesis bíblico la protege, un espejo de agua con cisnes la refleja cuan larga es y, a su alrededor, en un pequeño estanque, nadan peces koi.

Sí, suena mágico, pero eso no es nada cuando esta torre se pone a “cantar” cada día. Su voz es un carillón de 60 campanas de bronce, algunas con un peso de 12 toneladas.

Apenas hay 600 instrumentos así en el mundo. En ocasiones, hay conciertos a la luz de la luna y suenan Chopin, Brahms o hasta canciones de Carlos Gardel.

Foto: La Prensa

Si la torre quita el aliento, los jardines asaltan al visitante con una invitación a la meditación o al romanticismo. Entre un ejército de robles y musgos se filtran rayos de sol que acarician choclos de oro, magnolias, gordonias, azaleas, scutellarias, lirios, aloe.

Parejas mayores sentadas en bancos escuchan la naturaleza, enamorados sacan fotos a mariposas o ardillas. Las familias platican o escuchan el canto de las más de 126 especies de aves que habitan aquí.