Puerto Rico.
San Juan, Puerto Rico, esta bella capital conserva su arquitectura colonial con imponentes fortificaciones y museos. Los turistas que visitan este lugar disfrustan conocer parte de su historia, prueban su rica gastronomía y hasta hacen algunas compras. Estos son algunos de los sitios que no puede dejar de visitar.
Memorias
La enorme estructura blanca de mármol de
El Capitolio llama tanto la atención de los viajeros, que no dudan en hacer una escala para tomar algunas fotos. Vale la pena conocer el interior del edificio de estilo neoclásico, que alberga al poder legislativo de Puerto Rico.
Varias áreas están abiertas al público. Se puede conocer la Constitución de Puerto Rico, que data de 1952 y se encuentra exhibida en una rotonda de cristal, o bien, observar el interior de la cúpula, decorada con mosaico veneciano, que hace alusión a valores como la educación y la libertad. Hay visitas guiadas, con cita previa, de lunes a viernes de 9 de la mañana a 5 de la tarde.
Castillo
A tan solo 10 minutos de El Capitolio se localiza el
Castillo San Cristóbal, que, en realidad, sirvió como fuerte pues protegió a la ciudad de ataques por tierra durante varios siglos.
Desde aquí se tienen magníficas vistas panorámicas de la costa del Viejo San Juan y del área de Condado. La fortificación cubre poco más de 10 hectáreas y es la más grande construida por los españoles en el Nuevo Mundo.
Entre sus atractivos se encuentra la Garita del Diablo, una casilla de centinela que, según cuenta la leyenda, devoraba a todos los soldados que eran enviados ahí para hacer guardia.
¡A comer!
Si el recorrido por el castillo despierta el apetito, Café Berlín se halla a un par de minutos caminando. Desde hace más de dos décadas, es uno de los lugares favoritos de quienes pasean por el Viejo San Juan.
Se distingue por un agradable ambiente y las opciones vegetarianas del menú, entre ellas la ensalada de quinoa y el quiché de espinaca.
Si se desea algo con carne, se puede elegir un salmón ahumado o el sandwich muffuletta con mortadela, salami, jamón y queso provolone.
Edificio
Ya en el Viejo San Juan hay que conocer la Casa Blanca. Nada tiene que ver con la residencia de los Obama. Se trata del primer edificio construido en Puerto Rico, en 1521, que fue propiedad de Juan Ponce de León.
Sin embargo, el explorador murió antes de poder vivir en este sitio, aunque sus descendientes sí lo hicieron por varios años, hasta que en el siglo 18 fue ocupada por militares españoles.
Actualmente, la Casa Blanca es un museo en el que se aprecian dormitorios, una cocina, vestíbulos, un comedor y un oratorio decorados con objetos del siglo 16 y 17.
Para los antojos
Si se antoja algo dulce, hora de ir al barrio de Condado. La mejor opción desde el Viejo San Juan es tomar un taxi, que cobrará aproximadamente 15 dólares por 20 minutos de trayecto.
Hay que llegar al 1302 de la Avenida Ashford, donde se ubica Le Macaron French Pastries, donde se venden macarrones de muchos sabores y hasta algunos libres de gluten que se pueden maridar con una copa de champaña.
Si queda algo de tiempo, esta calle es el hogar de boutiques de diseñadores como Gucci, Salvatore Ferragamo y Louis Vuitton para gastar unos dólares más.
San Juan, Puerto Rico, esta bella capital conserva su arquitectura colonial con imponentes fortificaciones y museos. Los turistas que visitan este lugar disfrustan conocer parte de su historia, prueban su rica gastronomía y hasta hacen algunas compras. Estos son algunos de los sitios que no puede dejar de visitar.
Memorias
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Varias áreas están abiertas al público. Se puede conocer la Constitución de Puerto Rico, que data de 1952 y se encuentra exhibida en una rotonda de cristal, o bien, observar el interior de la cúpula, decorada con mosaico veneciano, que hace alusión a valores como la educación y la libertad. Hay visitas guiadas, con cita previa, de lunes a viernes de 9 de la mañana a 5 de la tarde.
Castillo
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Desde aquí se tienen magníficas vistas panorámicas de la costa del Viejo San Juan y del área de Condado. La fortificación cubre poco más de 10 hectáreas y es la más grande construida por los españoles en el Nuevo Mundo.
Entre sus atractivos se encuentra la Garita del Diablo, una casilla de centinela que, según cuenta la leyenda, devoraba a todos los soldados que eran enviados ahí para hacer guardia.
¡A comer!
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Se distingue por un agradable ambiente y las opciones vegetarianas del menú, entre ellas la ensalada de quinoa y el quiché de espinaca.
Si se desea algo con carne, se puede elegir un salmón ahumado o el sandwich muffuletta con mortadela, salami, jamón y queso provolone.
Edificio
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Sin embargo, el explorador murió antes de poder vivir en este sitio, aunque sus descendientes sí lo hicieron por varios años, hasta que en el siglo 18 fue ocupada por militares españoles.
Actualmente, la Casa Blanca es un museo en el que se aprecian dormitorios, una cocina, vestíbulos, un comedor y un oratorio decorados con objetos del siglo 16 y 17.
Para los antojos
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Hay que llegar al 1302 de la Avenida Ashford, donde se ubica Le Macaron French Pastries, donde se venden macarrones de muchos sabores y hasta algunos libres de gluten que se pueden maridar con una copa de champaña.
Si queda algo de tiempo, esta calle es el hogar de boutiques de diseñadores como Gucci, Salvatore Ferragamo y Louis Vuitton para gastar unos dólares más.