Los beneficios netos de la empresa de videoconferencias por internet Zoom se multiplicaron por 27 entre febrero y julio respecto al mismo período del año anterior, un crecimiento sin precedentes para una firma prácticamente desconocida que se ha vuelto ubicua con la pandemia de la COVID-19.
Durante la primera mitad de su ejercicio fiscal, la empresa con sede en San José (California) facturó 992 millones de dólares, casi cuatro veces más que los 268 millones del mismo período de 2019, y ganó 213 millones, 27 veces más que los 7,7 millones de julio del año pasado.
Por su parte, los accionistas de la compañía se embolsaron en los pasados seis meses 76 centavos por título, mientras que el año pasado a estas alturas esos beneficios fueron de únicamente tres centavos.
Zoom se ha convertido en uno de los símbolos más internacionales de la pandemia de la COVID-19, ya que en cuestión de semanas pasó de tener una presencia casi marginal en el mercado a ser una herramienta fundamental en el día a día de millones de personas.
Escuelas, empresas e instituciones públicas de todo el mundo celebran en Zoom las reuniones que antes hacían en persona, y la cifra de clientes con más de diez usuarios alcanzó los 370.200 en julio, un 458 % más que hace un año.
Fallos
Pese al éxito rotundo de la empresa durante los pasados meses, ha sido también objeto de críticas desde varios frentes por sus fallos de seguridad que, por ejemplo, han permitido a terceros 'colarse' en reuniones a las que no han sido invitados y por problemas con la gestión de la privacidad de los usuarios.
Para el conjunto del año fiscal, la empresa proyectó unos ingresos de entre 2.370 y 2.390 millones de dólares.
Los buenos resultados de Zoom animaron a los inversores en Wall Street, y sus acciones se disparaban un 12 % hasta los 40 dólares por título en las operaciones electrónicas posteriores al cierre de los mercados neoyorquinos.