El resfrío es una enfermedad muy frecuente en los niños provocada por un virus llamado rinovirus, de los que existen más de 100 variantes, motivo por el cual es casi imposible la existencia de una vacuna preventiva.
En los menores es muy frecuente en el invierno. Se produce por el contacto con otros niños o personas adultas.
En el caso de los más pequeños, el contagio se ve favorecido por permanecer en lugares cerrados como en las guarderías, donde se reúnen muchas personas que esparcen el virus en el ambiente.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más frecuentes son la secreción por la nariz, en un principio transparente, luego amarillenta y más espesa, estornudos y a veces fiebre.
En los más pequeños puede afectar la faringe y la laringe, provocando tos seca o tos productiva.
La enfermedad dura entre siete y 10 días, curándose sola si no se complica con otitis o bronquitis.
¿Qué debe hacer?
Para ayudar al bebé a que se sienta mejor, pueden realizar lavados de las fosas nasales con solución fisiológica y humidificar el ambiente con un vaporizador. Debe airearse la habitación varias veces al día, evitando las corrientes.
Es importante que el menor tome grandes cantidades de líquidos para permitirle diluir las secreciones y eliminarlas más fácilmente.
No se usan antibióticos porque éstos no actúan sobre los virus que provocan el resfrío.
Consejo
1. No es necesario vestirlo con más ropa de la habitual ni taparlo más cuando duerma, esto hará que el bebé se sienta incómodo.
2. El baño con agua tibia lo hará sentirse mejor, especialmente si tiene fiebre.
Si hay buen clima puede salir a pasear, ya que con la actividad física se acelera la respiración y se favorece la expulsión de las secreciones.
