La mañana de este martes, miembros de la Policía Nacional, acompañados por representantes legales y autoridades de la Iglesia Asambleas de Dios, procedieron con el desalojo de la iglesia Aposento Alto, ubicada en la colonia El Pedregal en Tegucigalpa.
El operativo se desarrolló con calma tras más de dos años de disputas internas que llegaron a su punto crítico, causando tristeza y el desagrado de los miembros de la iglesia cristiana.
Algunos manifestaron su rechazo a la medida, acusando a los actuales líderes religiosos de ser “ovejas vestidas de lobo”, en referencia a lo que consideran una traición a la comunidad de fe.
La raíz del conflicto se remonta al fallecimiento del pastor Luis Alberto Calix, hecho que dejó un vacío en la dirección espiritual del templo y desencadenó una serie de desacuerdos entre la dirigencia local de la iglesia y la cúpula eclesiástica nacional.
Tras la muerte del pastor, su esposa había quedado administrando la iglesia. Miembros aseguraron que fueron las mismas autoridades de Asambleas de Dios quienes la colocaron con ese mando.
"Se están jugando un conflicto de intereses", mencionó un miembro de la iglesia Aposento Alto.
Por otro lado, Mario, pastor de las Asambleas de Dios, aseguró que "el templo lo van a recibir los mismos miembros de la iglesia y lo único que buscan las autoridades es proteger el derecho".
La falta de consenso sobre la sucesión pastoral, sumada a denuncias sobre presuntas irregularidades en la gestión de los recursos, terminó por fracturar completamente la relación entre ambas partes.
Por el momento, el templo permanecerá cerrado y bajo custodia institucional mientras se evalúa una posible reestructuración.