Tegucigalpa, Honduras.
Bonieck Oseguera solo tenía ocho años y amaba su pequeño mundo de juegos y travesuras.
Sin embargo, una detestable mano criminal le arrebató la vida con el filo de un cuchillo cuando el niño trataba de defender a su madre de un ataque.
El horrendo hecho se dio la tarde del pasado miércoles cuando dos hombres armados entraron a la vivienda del menor en la colonia Los Pinos en Tegucigalpa y atacaron a su madre Jessica Díaz.
Ella hoy se encuentra en grave estado de salud, ya que, según empleados del hospital Escuela Universitario, no recibió ninguna puñalada, sino un disparo en la cabeza.
“Él amaba a Dios”
La tía del menor, Catalina Oseguera, no puede siquiera ponerse en pie, pues el dolor que cae sobre ella es más fuerte.
“Mi niño bello; cómo me le fueron a hacer eso. él era un niño bueno, no sabemos qué pasó. Mi niño ya no lo vamos a ver”, dice mientras se desgarra del dolor.
Menciona que, a pesar de su corta edad, una de las cosas que más le gustaban al pequeño Bonieck era asistir a la iglesia.
“él cantaba todo el día, le encantaban las alabanzas. él amaba a Dios; era un niño cariñoso. cómo me le fueron a hacer eso”, lamenta doña Catalina. Su padre José Oseguera no pudo siquiera expresar palabras que describieran la hermosa experiencia de criar a un niño ejemplar como él.
“Ya me voy, profe”
Iris Carvajal es una noble maestra de la escuela local. Hoy llora amargamente la partida de uno de sus mejores alumnos.
“él era un niño tan especial, era aplicado, alegre, inteligente. él quería mucho a sus compañeros y siempre les ayudaba cuando ellos ocupaban algo”, expresa su maestra mientras se seca las lágrimas.
“Lo último que me dijo fue ‘ya me voy, profe, mañana le traigo la tarea’. Yo les había pedido unas figuras geométricas y él era muy preocupado por sus tareas. Lo voy a extrañar mucho”, comentó.
Bonieck Oseguera solo tenía ocho años y amaba su pequeño mundo de juegos y travesuras.
Sin embargo, una detestable mano criminal le arrebató la vida con el filo de un cuchillo cuando el niño trataba de defender a su madre de un ataque.
El horrendo hecho se dio la tarde del pasado miércoles cuando dos hombres armados entraron a la vivienda del menor en la colonia Los Pinos en Tegucigalpa y atacaron a su madre Jessica Díaz.
Ella hoy se encuentra en grave estado de salud, ya que, según empleados del hospital Escuela Universitario, no recibió ninguna puñalada, sino un disparo en la cabeza.
“Él amaba a Dios”
La tía del menor, Catalina Oseguera, no puede siquiera ponerse en pie, pues el dolor que cae sobre ella es más fuerte.
“Mi niño bello; cómo me le fueron a hacer eso. él era un niño bueno, no sabemos qué pasó. Mi niño ya no lo vamos a ver”, dice mientras se desgarra del dolor.
Menciona que, a pesar de su corta edad, una de las cosas que más le gustaban al pequeño Bonieck era asistir a la iglesia.
“él cantaba todo el día, le encantaban las alabanzas. él amaba a Dios; era un niño cariñoso. cómo me le fueron a hacer eso”, lamenta doña Catalina. Su padre José Oseguera no pudo siquiera expresar palabras que describieran la hermosa experiencia de criar a un niño ejemplar como él.
“Ya me voy, profe”
Iris Carvajal es una noble maestra de la escuela local. Hoy llora amargamente la partida de uno de sus mejores alumnos.
“él era un niño tan especial, era aplicado, alegre, inteligente. él quería mucho a sus compañeros y siempre les ayudaba cuando ellos ocupaban algo”, expresa su maestra mientras se seca las lágrimas.
“Lo último que me dijo fue ‘ya me voy, profe, mañana le traigo la tarea’. Yo les había pedido unas figuras geométricas y él era muy preocupado por sus tareas. Lo voy a extrañar mucho”, comentó.
| Bonieck Oseguera (8) era alumno del tercer grado en la escuela de la colonia Los Pinos de la capital.
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