04/12/2025
10:46 PM

La Policía hondureña captura a tres mareros salvadoreños

A entrenar mareros que están recluidos en prisiones venían los individuos que fueron detenidos ayer en Tegucigalpa

Tegucigalpa. Tres presuntos pandilleros salvadoreños que llegaron a Honduras con la misión de entrenar a miembros de la Mara 18 que guardan prisión en las cárceles, sobre cómo comunicarse con sus compañeros que están libres, fueron capturados ayer por las autoridades.

Los detenidos son Mario Ernesto Ponce Díaz (38), William Alexander López Valiente (38) y David Antonio Rosales López (35), confirmó la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA).

Los tres sospechosos fueron trasladados a las instalaciones de la Policía de Fronteras ubicadas frente al aeropuerto de Toncontín para efectos de investigación.

En el operativo les decomisaron un microbús color dorado, con placas salvadoreñas P-166-489, cuatro teléfonos celulares y chips de telefonía móvil de Honduras, entre otras pertenencias.

La FNA entabló comunicación con autoridades policiales salvadoreñas para verificar los antecedentes de los detenidos y si tienen cuentas pendientes con la justicia.

Bloqueo de señal

Un oficial de la FNA aseguró que gracias a la medida que tomó el Gobierno de bloquear la señal en los centros penales, esa unidad policial ha sido beneficiada porque las acciones delictivas que se originaban desde la cárcel han sido neutralizadas. Agregó que en respuesta, esas organizaciones criminales han tenido que buscar asesoría, por lo que ayer la FNA realizó una operación de Inteligencia porque tenía información sobre el posible ingreso al país de miembros de la pandilla 18 de El Salvador con ese propósito.

Según el oficial de la unidad policial, el objetivo de los mareros del país vecino es entrenar y capacitar a los presos sobre la forma de comunicarse con sus compañeros que están afuera de la cárcel a través de otros medios. Confirmó que desde horas tempranas tuvieron información sobre el ingreso irregular de un microbús con pandilleros salvadoreños, miembros de una célula criminal de la pandilla 18.

Explicó que “les dimos vigilancia y seguimiento hasta que los logramos ubicar en un centro comercial capitalino”.

Reiteró que el tipo de entrenamiento que venían a dar a los mareros presos era cómo poder comunicarse a través del mensaje escrito, verbal y a través de encomiendas con sus compañeros para continuar con sus actividades delictivas.